Cuando se embarca en un viaje largo, hay que tener claro el rumbo a seguir y, sobre todo, en que puerto tenemos que desembarcar, puesto que tenemos que hacerlo sin merma de condiciones. Previamente hay que perpetrarse de avituallamiento, de munición y de fuerzas, porque sabemos que por el trayecto nos encontraremos imprevistos y algunos barcos piratas. Pero haciendo demasiados virajes y deambulando sin sentido ni orientación se tiende a encallar y con ello a inmovilizar la embarcación.
Esto es lo que pasó con el último conflicto que se planteó por nuestro Comité y que se finiquitó con el acuerdo que dio por finalizada la convocatoria de huelga, que no es otra cosa que una rendición a las reivindicaciones que se plantearon.
Quemando las naves de la esperanza y agotando los cartuchos en disparos al aire, agotamos todas nuestras posibilidades. Sin darnos cuenta que la solución final que se dio no camina por esos derroteros.
El contenido del acuerdo es un retroceso, no aporta nada y está completamente vacio de soluciones a los problemas que estaban formulados. Uno de ellos, el de poner coto a la subcontratación abusiva con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo que la empresa esta procediendo a realizar de manera generalizada y en el que está en juego sencillamente el futuro de nuestro centro.
Se resume todo en una declaración de intenciones que no incluye compromisos ciertos, objetivables y cuantificables. Solamente contiene expectativas de crear comisiones, reuniones, de si hay que tener una comunicacion fluida, de que a partir de ahora van a ser buenos, de si hay que crear un clima estable, de si hay que tener mayor diálogo, etc. Mera literatura sin contenido, que mas parece una salida como un favor que concedió la Empresa, que de un verdadero triunfo basado en las movilizaciones ante las problematicas que se habían lanzado. Es decir, mas de lo mismo y que a buen seguro va a servir para que la empresa, mas pronto que tarde, siga ninguneando y riéndose de nuestros/as representantes, que a la postre es como si lo hicieran de todos y cada uno de nosotros.
Añadir a todo como colofón, el espectáculo tan patético que se produjo en la primera asamblea, con la inclusión de un referéndum improvisado y forzado, con llamadas incluidas a votar a personas que nunca habían asistido ni participado en ninguna asamblea, con la triste finalidad manipuladora de sacar adelante el acuerdo a toda costa por algunos de los firmantes.
No podemos avanzar ni cambiar nuestras condiciones de trabajo haciendo la goma, dando rodeos sin criterio y siendo unos fantasmas que aparecen y desaparecen. Y sobre todo, plegándonos a los intereses de los directivos de esta empresa que han mostrado mas que sobradamente su animadversion hacia el conjunto de la plantilla.
Lo mejor es pasar página, aprender de los errores para no volver a cometerlos, reflotar la embarcación y prepararnos para la siguiente batalla, que falta nos va a hacer a todos.