YO IRÍA A PARÍS -Saint Gobain-

Domingo, 21 abril 2019     
José María Urbano

El presidente del Principado debería preguntar a la dirección mundial de Saint-Gobain por sus planes en Avilés antes de que se repita un ‘Alcoa II’.

Si yo fuera presidente del Principado viajaría a París de forma urgente, antes de que en unas semanas acabara su mandato y, a lo que parece, inicie su retiro de la política. Y su misión no sería menor. Si la ministra de Industria intentó, sin conseguirlo, que la recibieran en la sede central de Alcoa en Pittsburgh, Estados Unidos, para preguntar al máximo responsable de la multinacional norteamericana del aluminio qué es lo que se proponía con las plantas de Avilés y Coruña y a ver si había alguna posibilidad de arreglo, Javier Fernández debería intentarlo con el máximo responsable de Saint-Gobain, a ver si con un poco de suerte llega a tiempo para evitar en Asturias un ‘Alcoa II’.
Como supongo que no estará entre sus planes –una iniciativa de este calado ya habría trascendido de haberse llevado a cabo o simplemente de haberse planteado–, yo animaría al presidente del Principado a que no me hiciera caso a mí, pese a que llevo no menos de dos años denunciando los riesgos de una nueva deslocalización silenciosa en la planta de Avilés de Saint-Gobain. Insisto, que no me haga caso a mí, que a fin de cuentas formo parte de la canallesca, y ya se sabe, pero que se lo haga a la propia empresa cuando confirma, de la ‘a’ a la ‘z’, más o menos lo que aquí se viene escribiendo desde hace tiempo: que el futuro de la compañía en Avilés está, como mínimo, bajo sospecha.


En el año 2008, el 3 de julio, José Antonio Piqueras, en aquel momento responsable del centro de la multinacional francesa en Avilés, recogió el premio concedido por LA VOZ DE AVILÉS a la Iniciativa Empresarial a una compañía que el 12 de marzo de aquel año había perdido en un accidente nada menos que el horno float, o lo que es lo mismo, el corazón de un fabricante de vidrio. En un ejercicio de responsabilidad y apuesta de futuro anunció de inmediato su disposición a reconstruir un horno nuevo, asegurando así la continuidad de la actividad de una empresa que se instaló en Avilés en 1952. Los arijanos llegaron a esta ciudad procedentes de su pueblo burgalés para dejar aquí su sabiduría sobre el negocio del vidrio y hasta el día de hoy han ido aportando a la organización gala un elevado número de técnicos y directivos de primer nivel, mientras su plantilla sigue demostrando cada día sus habilidades y el conocimiento transmitido de padres a hijos.
blog-saint-gobain

Pues bien, el mismo José Antonio Piqueras, en este momento director general de Sekurit de España, Portugal, Marruecos, Argelia y Túnez, acaba de confirmar lo que ya sabíamos: que la fábrica de Marruecos es una apuesta firme de Saint-Gobain en detrimento de la de Avilés, cuyo futuro empieza a estar lleno de sombras. La sociedad francesa se volcó con el emplazamiento de Kenitra (Marruecos), inaugurado en 2014, con una planta dotada con los últimos avances tecnológicos y que curiosamente puso en marcha con técnicos y trabajadores de Avilés. De un lado, abría un nuevo centro de producción al lado de empresas del automóvil que como Renault habían optado por establecerse en la zona, ante la llamada de un despertar económico del Norte de África, pero también ante una perspectiva de costes que nada tenían que ver con los de Europa: pagar 400 euros al mes por 80 horas semanales era, es, un reclamo demasiado apetitoso como para dejarlo pasar de largo, a lo que hay que unir normativas poco o nada severas respecto a las férreas exigencias europeas sobre el cambio climático y las emisiones de CO2.
Al principio, y de esto hace ya algo más de cuatro años, se pensó que Marruecos no iba a suponer una competencia clara respecto a la planta de Avilés, simplemente porque en el centro de Kenitra no eran capaces, ni lo son todavía ahora, de ofrecer los altísimos estándares de calidad que ofrece la plantilla de La Maruca. Pero empezaron a llegar los mensajes: «Será cuestión de tiempo, ya aprenderán».
Estamos en 2019. Y las alarmas ya ensordecen. Saint-Gobain puso en marcha el pasado uno de enero una nueva organización interna a nivel global en la que cada emplazamiento debe responder por sí mismo. Y el de Avilés no sale bien parado. De la noche a la mañana se observa que los ‘lanzamientos’ –las primeras pruebas de los nuevos pedidos del sector del automóvil, cada vez más exigentes–, ya no pasan por aquí, como sucedía hasta ahora, tras ser durante muchos años el referente de calidad. Además, en las últimas semanas, las movilizaciones de los trabajadores por una serie de reiterados incumplimientos del convenio, han venido a demostrar que la dirección de la compañía francesa no parece estar por la labor de mejorar las relaciones laborales, más bien todo lo contrario.
Pues bien, hecho el resumen de situación, vayamos a la declaración que acaba de hacer José Antonio Piqueras en su cuenta de Facebook. Acompañado de un mapa de Google Maps, titulado ‘viajando de Casablanca a Kenitra’, dice textualmente: «Lo que es la vida: el futuro industrial de España está aquí. Más de uno debería reflexionar». Piqueras es un directivo que pisa fuerte. Solo así se puede entender la definición-presentación que hace de sí mismo en el perfil de la red social ya mentada: «Español de derechas. Es decir, culto».
El problema es que, independientemente de que muchos no seamos tan cultos como él –decir que el futuro de la industria española está en África también es de nota– lo que nos debe preocupar es que Saint-Gobain ha podido iniciar lo que en estas mismas páginas también denunciamos sobre Alcoa: una deslocalización silenciosa. En este caso, se renuncia ya a los ‘lanzamientos’ –se van a otros emplazamientos europeos–, se deja que la competencia se sitúe en Marruecos –los pelos que llegan ahora en los parabrisas ya desaparecerán algún día– y cuando nos demos cuenta habremos cambiado una plantilla estable, bien pagada, por otra con sueldos y condiciones de miseria. Lo de la responsabilidad social corporativa si eso ya lo justificamos con un cheque de ¡¡¡1.400 euros!!! para un premio de dibujo en cualquier ciudad española en la que tengamos más o menos presencia, como hizo esta compañía en diciembre del año pasado con la Asociación de Familias de Personas con Parálisis Cerebral, en Vigo. Otro lavado de cara.
Javier Fernández, si yo fuera presidente, debería ir a París, a la Avenue d’Alsace, en el barrio financiero y de negocios de La Défense, en donde en su número 18 se encuentra la sede de Saint-Gobain. Y pediría una entrevista con Pierre-André de Chalender, presidente y CEO de la multinacional francesa. Y me presentaría con la fuerza moral de ser presidente de una comunidad autónoma que durante 67 años ha dado cobertura, ha ayudado y arropado a su planta de Avilés, incluso ha callado cuando un buen día, también desde París, se decidió cerrar el centro de I+D+i (el famoso y añorado CIDA), que era una de las señas de identidad de Saint-Gobain Asturias en el mundo. Y le pediría que me dijera la verdad. Si su empresa va a seguir apostando por Avilés o si debemos estar preparados para todo. Cualquier cosa antes de pasar otra vez por la humillación a la que nos tiene sometidos en este pueblo y en esta región otra multinacional, esta norteamericana, de nombre Alcoa, una vez que descubrió que podía ganar más dinero en otra parte.
Publicado el 21 de abril de 2019 en El Comercio-La Voz de Avilés

Veinticinco eventuales de Saint-Gobain pierden el empleo por culpa del "Brexit" lne


Boletín Sollerte Saint Gobain




Toca convenio en Saint Gobain

Estamos metidos en pleno año de convenio, aunque no lo parezca, y debería ser un año de bienes, o eso esperamos desde la Corriente con la negociación de nuestro Convenio.
El convenio colectivo se configura como uno de los principales baluartes que tenemos el conjunto de trabajadores/as donde rigen nuestras condiciones de trabajo y, por extensión, parte de nuestras condiciones de vida.
 Una vez atrás los tortuosos años pasados esperamos que nuestra empresa nos dedique una parte importante de los beneficios obtenidos que para eso hemos sido los que en buena liz los hemos generado.
Para CSI es fundamental, en esta negociación, pasar por un incremento salarial sustancial en conceptos fijos y variables y la inclusión de otros nuevos, reducir los días de presencia en fábrica, hacer una revisión del articulado del convenio del sistema organizativo, mejorar aspectos de conciliación, crear compromisos de empleo estable e indefinido, eliminar la categoría de acceso para las nuevas incorporaciones, limitar la subcontratación y las flexibilidades, garantias de permanencia para trabajadores especialmente sensibles o de capacidad disminuida, mejorar y adaptar la jubilación parcial,  compromisos en formación y en seguridad, mejoras en ventajas sociales, en promoción profesional, etc.etc.
Si queremos aspirar a unas mejores condiciones de trabajo y de vida, no nos queda más remedio que organizarnos y pelear. En este terreno está todo inventado.
Pretender resaltar la necesidad de prorrogar el actual convenio sería un error mas que considerable. Y si para ello se están escudando en la incertidumbre de la reparación del horno en Arbós, pues ya supondría la incoherencia en grado sumo. Sería asumir un chantaje a la plantilla y justificar otra vuelta de tuerca sobre los derechos de todos.
Y, a menos que nos tomen por idiotas, no pueden pretender que nos creamos que el futuro de cualquier línea de negocio depende de la firma de un convenio o de los recortes que puedan hacerse en nuestros derechos y salarios.
El futuro y las inversiones en estas multinacionales juegan en otro plano, en otras esferas. Y ya nos han engañado en el pasado tantas veces que sería una insensatez por nuestra parte volver a tropezar otra vez en la misma piedra.
La experiencia demuestra que es mejor una negociación normal, con luz y taquígrafos, que una clandestina disfrazada de prórroga o de pantomima.
Desconocemos la estrategia a emplear por la empresa. Si querrán relantizar la negociación aún mas, pensando en el desgaste a los/as representantes y trabajadores/as para que cedamos y nos den las sobras; o vendrán con prisas para firmar un convenio express en una huida hacia delante, forzando a que nos  rindamos y nos dejemos en el alero todas las reivindicaciones; o quizás vengan con la cantinela de siempre de separar por actividades.
En cualquier caso, nos hace pensar que el interés que muestra en negociar Saint Gobain es nulo y así quedó meridianamente claro en el conflicto que acabamos de salir, en el que no tuvo el mínimo interés en llegar a ningún acuerdo comprometedor.
Estrategia antigua en la que no deberíamos caer, para despues no tener que lamentarnos con justificaciones tan peregrinas como “es lo que hay”, “es lo menos malo”, “menos es nada” o “la proxima vez será mejor”. Es el momento y estamos a tiempo de mejorar.
Esperamos que el resto de organizaciones sigan con el planteamiento de que es la hora de recuperar y mejorar derechos laborales y salariales, y así lo podamos hacer frente, sin complejos, con la totalidad de la plantilla.
Los convenios mejoran lo existente a partir de la movilización y la presión. Sin ceder derechos ni mercadear con ellos. Los y las trabajadoras nos merecemos conseguir mejores condiciones de trabajo, decidiendo en asambleas y con la movilización como llave para ello.
Confiemos en la pericia y buen hacer de nuestros representantes en la mesa negociadora.



Embarcar y embarrancar en Saint Gobain

Cuando se embarca en un viaje largo, hay que tener claro el rumbo a seguir y, sobre todo, en que puerto tenemos que desembarcar, puesto que tenemos que hacerlo sin merma de condiciones. Previamente hay que perpetrarse de avituallamiento, de munición y de fuerzas, porque sabemos que por el trayecto nos encontraremos imprevistos y algunos barcos piratas. Pero haciendo demasiados virajes y deambulando sin sentido ni orientación se tiende a encallar y con ello a inmovilizar la embarcación.
Esto es lo que pasó con el último conflicto que se planteó por nuestro Comité y que se finiquitó con el acuerdo que dio por finalizada la convocatoria de huelga, que no es otra cosa que una rendición a las reivindicaciones que se plantearon.
Quemando las naves de la esperanza y agotando los cartuchos en disparos al aire, agotamos todas nuestras posibilidades. Sin darnos cuenta que la solución final que se dio no camina por esos derroteros.
El contenido del acuerdo es un retroceso, no aporta nada y está completamente vacio de soluciones a los problemas que estaban formulados. Uno de ellos, el de poner coto a la subcontratación abusiva con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo que la empresa esta procediendo a realizar de manera generalizada y en el que está en juego sencillamente el futuro de nuestro centro.
Se resume todo en una declaración de intenciones que no incluye compromisos ciertos, objetivables y cuantificables. Solamente contiene expectativas de crear comisiones, reuniones, de   si hay que tener una comunicacion fluida, de que a partir de ahora van a ser buenos, de si hay que crear un clima estable, de si hay que tener mayor diálogo, etc. Mera literatura sin contenido, que mas parece una salida como un favor que concedió la Empresa, que de un verdadero triunfo basado en las movilizaciones ante las problematicas que se habían lanzado. Es decir, mas de lo mismo y  que a buen seguro va a servir para que la empresa, mas pronto que tarde, siga ninguneando y riéndose de nuestros/as representantes, que a la postre es como si lo hicieran de todos y cada uno de nosotros.
Añadir a todo como colofón, el espectáculo tan patético que se produjo en la primera asamblea, con la inclusión de un referéndum improvisado y forzado, con llamadas incluidas a votar a personas que nunca habían asistido ni participado en ninguna asamblea, con la triste finalidad manipuladora de sacar adelante el acuerdo a toda costa por algunos de los firmantes.
No podemos avanzar ni cambiar nuestras condiciones de trabajo haciendo la goma, dando rodeos sin criterio y siendo unos fantasmas que aparecen y desaparecen. Y sobre todo, plegándonos a los intereses de los directivos de esta empresa que han mostrado mas que sobradamente su animadversion hacia el conjunto de la plantilla.
Lo mejor es pasar página, aprender de los errores para no volver a cometerlos, reflotar la embarcación y prepararnos para la siguiente batalla, que falta nos va a hacer a todos.

ESQUIROL pancista

De entre toda la fauna que anida por el hábitat laboral, una de las especies más peligrosas es sin lugar a dudas el “ESQUIROL Esquilorus”, ave rapaz de la familia de los CARROÑEROS, que aparte de aspirar al título de Mayor Gorrón del Reino y desmantelar cualquier cosa para llenar su buche, se alimenta del trabajo colectivo de otros. No acaban de extinguirse.
La huelga es el instrumento de presión más poderoso que hoy por hoy los trabajadores tenemos a nuestro alcance. Por eso quien no se adhiere a una Huelga perjudica gravemente al conjunto de los trabajadores/as, incluido a sí mismo. Todas las mejoras de la clase trabajadora se han conquistado historicamente a través de la lucha. Nadie nos ha regalado nada y lo que está demostrado que no sirve de nada es no hacer nada.
Cuando se consigue hacer mejorar nuestros derechos, hacer rectificar a empresa o gobierno de turno en sus postulados que a todos nos afecta y perjudica, los esquiroles no habrán hecho nada por conseguirlo pero se beneficiarán del esfuerzo colectivo. Ellos siguen la máxima de no hago huelga, pero en caso de que se consiga algo, no renunciaré a ello. Es uno de los actos más insolidarios y repugnantes que cualquier trabajador/a puede realizar.
Esperamos que con la ayuda de todos en lo sucesivo estos/as arribistas hagan su particular metamofosis y se convezcan del grave error que cometen.



Top paripé en Saint Gobain


Hace unas semanas conocimos que Saint Gobain “consiguió” por 4º año consecutivo el TOP EMPLOYERS que certifica las prácticas más innovadoras en Recursos Humanos. Uno de sus lemas menciona que “las compañías Top Employers han demostrado que ponen a sus empleados en el centro, les ofrecen unas condiciones excepcionales y trabajan para enamorarlos”. 
Desconocemos cómo consiguen estos premios. Tampoco sabemos cuanto cuesta esa certificación, ni de donde ha salido, ni muy bien que persigue. cuando a diario vivimos un un escenario hostil en nuestros puestos de trabajo, donde lo que más se fomenta es la fórmula para generarnos más estrés o para intentar recortarnos derechos y empeorar nuestras condiciones de trabajo.
En Saint Gobain palabras como empatía, consideración y respeto están alejadas del imaginario de los ganadores del top employer. 
Lo lamentable de estas empresas es que engañen, utilicen nuestra figura de trabajador/a y se publiciten a nuestra costa con mentiras, sin reportarnos ningún beneficio. 
De lo que estamos seguros es que solamente sirve para que algunos sigan lavando su imagen de cara a la galería, dando por realizada su buena acción del año.
 En fin, otra “apariencia” más en esta empresa, que muchas veces parece sobrevivir a base de eso.



Seguridad de cartel y pancarta en Saint Gobain

Da lo mismo que tengamos las instalaciones en situación precaria, que se solucionen permanentemente los problemas con remiendos, que no hayan medios materiales, que haya escasez de personal,  que trabajemos en condiciones deficientes, que no exista formación real y adecuada, que la organización sea una contínua improvisación, que se ponga en peligro nuestra salud y seguridad, que las inversiones brillen por su ausencia, que se salten la legislación, que nos presionen sin medida, que tengamos flexibilidades imposibles, que nos recorten  y nieguen nuestros derechos descarada y caprichosamente. Lo importante en seguridad para estos jerifaltes es ir niquelados, vestidos de romanos, repintar lo pintado, estar calladitos y obedecer, crear chiringuitos tapadera, poner carteles grandotes, aparcar marcha atrás y hacer papeles, muchos papeles que ni los propios que los hacen saben que dicen y para que sirven. Con eso está todo solucionado y maquillado.
Se trata de hacer ver que se hace algo, a golpe de ocurrencias, que no suponga un desembolso importante, de que los de arriba se cubran las espaldas, de que las responsabilidades las asuman los de abajo, de mirar para otro lado y de tapar cuando no interese, de no afrontar los problemas, de tener índices trucados, de encubrir las bajas por accidente, de cobrar buenos bonus, y si acaso, de meter algún que otro palo amedrantador para tener al personal enfilado. Y si para ello tenemos a diferentes representantes abducidos, pues todos contentos.
Seguridad de lavado de cara e imagen que se realiza  en esta empresa, con iniciativas de “tuneado”, vacías y falaces, que pintan un mundo “happy flower” que no responde a la realidad en SEGURIDAD Y SALUD dentro de las fábricas.
Cada paso que dan en este sentido se alejan más y más de la realidad que viven los trabajadores en sus puestos. No sabemos a quién pretenden engañar, pero a muchos trabajadores, no, desde luego.

Siguen con los palos y tente tieso en Saint Gobain

Algunos responsables siguen con la consigna del amedrantamiento como manera de ejercer su mal entendido poder, y siguen sancionando y amenazando a los trabajadores/as por el simple hecho de discrepar. Todo un alarde de modernidad.
Amenazan los prepotentes, los intolerantes y los que no llevan razón. Para amenazar no se necesita pensar. El abuso de poder es fácil ejercerlo, basta con tener un palo y levantarlo. Es lo más fácil, pero también lo más cobarde.
Presiones y malos modos por parte de no pocos responsables, y un sinfín de malas artes que muestran  como NO se debe gestionar  un grupo de personas.
A los dirigentes de una Empresa en el siglo XXI, cabe exigirles que, en el orden social, adopten una actitud seria, sensata y civilizada. Que adopten un código de conducta que destierre ciertas prácticas.
El “todo vale” con tal de conseguir un objetivo tiene que estar desterrado. La verdad y la honestidad han de prevalecer por encima del oportunismo y de ciertas mezquindades.
Saint Gobain tiene como asignatura pendiente la relación y el respeto con los trabajadores y con sus representantes. Una relación normalizada que destierre el abuso de poder y resista la prueba de personalismos, egos e intereses repelentes.
Una vez más volvemos a recordar esa frase tan corporativa que dice que lo importante en esta empresa son las PERSONAS.  Aunque hay quien se esfuerza y pone su empeño cotidianamente, desde sus despachos, en  que no se cumpla.

ES MAS FACIL AMENAZAR QUE DAR SOLUCIONES



carta de un veterano penitente


Un malestar me sube cada día cuando atravieso la barrera de entrada en esta empresa. El camino al vestuario es largo y me da para pensar mucho. Al llegar al puesto miro a mi alrededor ¡¡Cómo ha cambiado esto!!.
 Cuando entré en la fábrica se respiraba algo de libertad. No puedo decir que se estaba mejor que en casa, porque esto no deja de ser un trabajo, pero no se trabajaba a disgusto. Pocas cosas estaban prohibidas, y el ambiente con los compañeros era cordial e incluso flotaba en el aire cierto aroma a camaradería.
Con el tiempo nos “reeducaron” y comenzaron a prohibir cualquier cosa.. Lo que antes era un espacio de trabajo e interacción social, se ha convertido en una mazmorra de la que estas deseando salir según entras por la puerta. Una tortura, y además los problemas te los llevas a casa aunque sabes que no debería ser así.
Los de mi generación somos conscientes de esto porque hemos vivido el cambio. Sabemos lo que fue y lo que es. Lo que acabará siendo… nos lo imaginamos. Sin embargo los compañeros de nuevo ingreso entran sin referencias del pasado, en blanco, vírgenes, y creen que la única realidad posible es ésta. Siempre vivirán asumiendo que nada puede ser cambiado porque todo lo han conocido tal y como es. Borrado el recuerdo colectivo de un tiempo mejor, el deseo de cambio corre serio peligro, y si deseas el cambio te recordarán que hay millones de personas en paro deseando entrar aquí.
No se, pero me da la impresión que de un tiempo a esta parte todo va demasiado deprisa y sin control. Vivimos inmersos en un mundo huérfano de coherencia y de sentido común, y eso me produce vértigo.

Irreductibles

Hace varios meses, en un juicio contra un compañero para defenderse de una sanción, el abogado contratado al despacho de Garrigues, sin venir a cuento, perdió los papeles y en su exposición globalizó y tachó de manera despectiva, en más de siete veces, a todos los componentes de nuestro sindicato que estábamos presentes, con el apelativo de irreductibles.
Ni que decir tiene que estos comportamientos denotan que su cociente intelectual está muy por debajo de su servilismo a quien le paga y que incluso para ser mercenario se debe tener un mínimo de estilo y respeto.
Es probable que esta persona haya leído más de un comic de Astérix, lo triste es que no sacara ninguna moraleja y que no supiera distinguir entre resistencia y opresión, ni entre agresor y agredido.
Probablemente no salgamos totalmente vencedores, pero tampoco vamos a ser derrotados o liquidados. Sea como sea, la resistencia de esta aldea gala es infinita.



12 horas de negociación. Desconvocatoria huelga Saint Gobain