Fotógrafo o cameraman. Esa es la nueva actividad que algunos Jefes y trabajadores de distinto pelaje realizan por la fábrica. Móvil en mano se dedican a fotografiar a trabajadores que consideran están cometiendo alguna irregularidad. Baste decir que es una práctica de una bajeza repudiable, además de absolutamente ilegal.
Pero lo sorprendente es como se van perfeccionando la figura del “CHIVATO” que siempre existió y que en la actualidad en este centro toma tintes preocupantes. Ahora les exigen una prueba y además lo pueden realizar incluso personas que ostentan cargos de responsabilidad, aunque nada tengan que ver con sus competencias.
Viene a colación porque hace unos meses sancionaron a un compañero, y en el juicio la empresa aportó una fotografía realizada por un jefe de departamento ajeno al trabajador. Pero no debió gustarle demasiado el enfoque que le sacó aquella vez, que con posterioridad algún mes después, le volvió a sacar otra fotografía reportándola otra vez a sus superiores.
Nos queda la duda si el intrépido Jefe vio en el compañero un filón fotogénico, si tiene alguna asignatura pendiente en esta especialidad, o si por el contrario padece de algún síndrome preocupante.
Imaginamos que le habrán trasladado que esas dotes con la fotografía se las guarde para otros sitios, lugares y personas porque podría tener problemas. No hay que olvidar que acoso y acosadores existen, y se manifiestan cotidianamente de diferentes maneras.
En esta ocasión decir que el juicio salió favorable al trabajador anulando la sanción. Afortunadamente esa prueba esta vez no sirvió.