DE BOMBEROS PIRÓMANOS. SAINT GOBAIN





La Empresa nos dio la bienvenida a la vuelta de las vacaciones con dos medidas realizadas al trágala con el correspondiente conflicto: una reorganización en SEKURIT que suponía un aumento brutal de la carga de trabajo, la eliminación de los descansos y de puestos de trabajo, y un DESPIDO de una compañera por ponerse enferma.
En ambos casos todo un alarde de innovación, de respeto a la dignidad de los trabajadores y de mejora de nuestras condiciones de trabajo
La puesta en marcha del nuevo empaquetado en SEKURIT fue todo un cúmulo de despropósitos con un mal diseño y una pésima planificación.
Una inversión que debería de mejorar y garantizar mejores condiciones de trabajo pretenden que sea una losa  para los trabajadores. La primera medida que intentaron implementar fue la eliminación de los descansos. Pausas que imperan como derecho consolidado y como elemento clave en nuestra seguridad y salud, pretenden ventilárselos. A la vez supone una merma importante de puestos de trabajo.
Maximizar los beneficios a costa de reducir la plantilla y empeorar nuestras condiciones laborales es absolutamente rechazable.
La dirección se empeña en ganar sus particulares batallitas contra los trabajadores, en una tarea de continuo desgaste que está generando una situación insufrible para quienes lo soportan.

El DESPIDO producido a la compañera resulta intolerable.  Si la enfermedad para la trabajadora es una desgracia, añadir otra más, y tan traumática como un despido, supone una acción miserable. La perjudicada siempre sería la compañera, que no solo ha perdido su salud, sino que también pierde su empleo.
Desde CSI siempre tuvimos claro en este ataque quien es el agresor y quien la agredida; quien emplea el abuso de poder y quien es la víctima. Tenemos también claro como hay que responder y cual debe ser la reacción ante embestidas de este calibre. Recordando que en esta película de miedo que ha sufrido nuestra compañera cualquiera podría verse reflejada/o.
Una salida que pasa por trasladar la presión y decisión a la afectada, que conlleva una readmisión condicionada y diferida en el tiempo basada en una coacción previa, es una mala solución.
Un acuerdo peligroso, mal cerrado y lleno de incógnitas. Alguien se dejó la puerta entreabierta.
Y en ambos casos, como viene siendo norma de este COMITÉ que tenemos, sin informar ni comunicar el desenlace final y los presuntos acuerdos a que llegaron.