AMANECE QUE NO ES POCO. SAINT GOBAIN
La famosa frase de “Amanece que no es poco”, que le dice un aldeano a su alcalde, podría resumir de manera muy similar la actitud de Saint Gobain SEKURIT. Busca a trabajadores que piensen igual que este mismo aldeano. Todos debemos de cambiar nuestra forma de trabajar, para que nada cambie para sus directivos.
Hemos visto en los últimos años un cambio sustancial de nuestras cargas laborales, así como su responsabilidad asociada, mientras estos Jefes solo se encargan de estar detrás de la nuca de los trabajadores y de dar sus importantes opiniones sobre nosotros. El número de Jefes han aumentado de manera espectacular, mientras cada vez se fabrican menos parabrisas y disminuido la cantidad de obreros.
Estos mandamases ya dicen sin complejos que el epicentro de todos los problemas en la fábrica de Avilés son los obreros. Básicamente que todos los problemas que hay son porque nosotros queremos, todos los accidentes son porque nosotros queremos y todo lo que se deja de fabricar es porque nosotros queremos. Para ellos los obreros somos algo así como una manada de holgazanes que solo trabajamos por caprichos.
Todos podemos recordar como hace años nos hacían preguntas sobre nuestros puestos de trabajo y luego nos obligaban hacer ejercicios sobre preguntas que nosotros mismos habíamos respondido. Hace poco nos cuentan lo extremadamente importante que es rellenar una pizarra con los datos de producción que nadie va a leer y que veinticuatro horas después tenemos que borrar.
Ahora nos han colocado medio centenar de cámaras para vigilarnos y nos han puesto en todas las zonas un montón de televisores emitiendo sus mensajes machacones al más puro estilo Gran Hermano.
Sin lugar a dudas nuestros puestos de trabajo han cambiado en los últimos años. Con tanto directivo y con tanta tecnología cabía pensar que nuestros puestos serían más cómodos, pero todo lo contrario. Cada vez nos obligan a tener mayor polivalencia, en hacer varias labores a la vez, en asumir más carga de trabajo y en recibir un aumento de presión sobre cualquier problema. Ante estas situaciones, teóricamente, la empresa se hacía cargo, pero en la realidad, somos los trabajadores los que tenemos que apañárnoslas. Todos somos contingentes.
Los Responsables cada vez que surge un problema siempre se lo sacuden y derivan la culpabilidad a los obreros. Da lo mismo que no haya mantenimiento preventivo, que se haya avisado un montón de veces verbalmente y por escrito de los problemas y carencias. Esas cosas son irrelevantes para los que viven en el olimpo.
Hace años podíamos ver como la Dirección de Saint Gobain conseguía modelos para la fábrica de Avilés todo el año. Pero esos tiempos ya pasaron. A día de hoy con estos Directivos no se mantendría ni un solo día abierta la fábrica de Avilés. Sin embargo, no paran de darnos lecciones, como los smat y similares, no paran de decirnos lo mucho que se involucran en no se sabe qué. Tienen la mentalidad de hace varios siglos, de vernos como esclavos donde nada más tenemos derecho a látigo y pan, y encima estar agradecidos.
El clima laboral que generan es irrespirable. Tenemos que conseguir que el miedo cambie de bando.