El vidrio, las madrugadas y las decisiones francesas en Saint-Gobain: el análisis de Saúl Fernández

La Nueva España 04/08/25

El futuro de la planta de Saint-Gobain en la comarca avilesina y la inversión millonaria que requieren las instalaciones

Las madrugadas en Saint-Gobain Glass son momentos de alta tensión. En la del 22 de julio, por ejemplo, la bóveda del horno-float dejó temblando la planta que la multinacional francesa tiene en Avilés. Unos días después, este jueves mismo, el hambre se juntó con las ganas de comer y, entonces, el poco vidrio que había podido salir entre la primera y la segunda averías, pasó a cero. O sea, este jueves fue el último día en que salió al mercado un metro de vidrio "made in" Avilés. El comité de empresa lo explicó a su modo: "La incidencia producida en la noche de ayer no afecta de manera importante a elementos estructurales del horno, aunque se haya producido en la misma área, y se trata de una reparación que desde la compañía dicen saber cómo llevar a cabo, es más ‘convencional’".

La dirección de la empresa lleva diez días con la tensión más alta de lo normal. Y es natural: el horno-float, que es corazón de la planta asturiana, ha sufrido dos averías –graves– consecutivas y las ha sufrido en el período de cuenta atrás para la decisión más esperada: su trasplante.

Lo quieren los trabajadores –llevan años clamando por ello–, pero también lo quiere la propia dirección de la fábrica –a comienzos de este año, como viene explicando este periódico con constancia– organizó un grupo de trabajo destinado a construir una nueva infraestructura (la que hay es de 2008, vino después de las llamas de aquel año, justo antes de la gran crisis).

El futuro diseño

El diseño de la infraestructura ya está hecho: esto es lo que queremos, aquí es donde podríamos instalarlo… Lo que falta es un "sí" claro y rotundo de la dirección mundial la compañía.

Si dicen sí, la fábrica respirará con alivio por décadas.

Y también la comarca entera.

La inversión que está sobre la mesa es más que millonaria: requetemillonaria. El Ministro de Industria, el socialista Jordi Hereu, recordó el viernes en Avilés: "Disponemos de los PERTE de descarbonización y de otros instrumentos para que puedan modernizar sus infraestructuras". Los PERTE son los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica, o sea, dinero europeo que hay que solicitar.

Fertiberia y Asturiana de Zinc (Azsa) lo hicieron y el verano pasado Hereu (por primera vez, entonces, en la comarca) vino a entregar el cheque a las empresas. La primera de las dos recibirá 60,8 millones para modernizar su planta de Trasona de tal modo que convertirá la inversión programada en la mayor de la historia reciente del concejo de Corvera. La inversión en Azsa, por su lado, será de 8,7 millones de euros.

O sea, que existe la posibilidad de acercarse a ayudas públicas (los PERTE es lo que son). El día 28 –en plena crisis por la primera avería– el secretario de Estado de Industria, el segundo de Hereu –se llama Jordi García Brustenga–, le dijo a la alcaldesa de Avilés, a Mariví Monteserín, cuáles son las herramientas que el sector público ofrece para que el privado no tenga dificultades para tomar decisiones.

Las próximas decisiones

Esto, la dificultad para tomar decisiones, es algo que le achacan los trabajadores a la compañía: sin horno float no se trabaja, el de La Maruca tira a trompicones, lo óptimo sería contar con uno nuevo. Y mientras tanto, la empresa gasta tiritas que cuestan millones. Entre el 17 de septiembre y el 7 de octubre pasados, la compañía contrató a 120 personas para arreglar definitivamente el artilugio: metió cinco millones de euros, pero no consiguió los resultados que pretendía –o que había trasladado a sus trabajadores que iba a conseguir, por ser más precisos–.

En noviembre de aquel mismo año, lo desveló este periódico nuevamente, el horno empezó a presentar "incidencias técnicas inesperadas", tanto, que obligaron a detener la producción de manera puntual, en al menos una ocasión durante casi una semana consecutiva, mientras aún se estaba en proceso de estabilización del sistema productivo.

A partir de ahí, el horno ha trabajado a trompicones: ha tenido temporadas buenas y las ha tenido ciertamente malas. En este punto, sin embargo, la tarea no se ha anulado porque las plantillas de las líneas de acabado han contado con el suficiente estocaje para ello. Y cuando eso no sucedía, llegaban camiones con materia prima con que operar.

Hasta la madrugada del 22 de julio.

Reparación anterior

La reparación de octubre de 2024 fue en la solera (la parte de abajo), la avería de julio fue en la bóveda (la de arriba).

Unos días antes de que todo esto hubiese ocurrido (el día 19 de julio), la empresa reunió a los trabajadores para recomendarles aceptar una bajada de sueldo de un 20 por ciento para facilitar la decisión final de los jefes de París. Los sindicatos dijeron lo evidente: que ellos no eran los que tenían pagar la factura de la inversión.

Los trabajadores se han volcado en devolver a la normalidad (a la normalidad disminuida de los cinco millones en tiritas) la infraestructura (los PERTE van para inversiones nuevas, no para arreglos), la empresa les ha felicitado.

Jean-Luc Gardaz, el consejero delegado de la compañía para los países mediterráneos, ha visitado en, al menos, dos ocasiones las instalaciones fabriles avilesinas. No ha sido claro sobre el porvenir de la planta. O, al menos, no ha trascendido que lo haya sido. Lo que sí que ha trascendido es que la situación de la fábrica avilesina no es la mejor de las posibles y eso que el año pasado la dirección bajó su persiana de su negocio de parabrisas. Y muchos trabajadores dejaron de serlo o lo siguieron siendo en puestos que no conocían. Todas las madrugadas lo mismo.

 https://www.lne.es/aviles/2025/08/04/vidrio-madrugadas-decisiones-francesas-analisis-120322106.html