EL COMERCIO 23/06/2022
Las partes inician las negociaciones sobre el despido de 42 trabajadores de Sekurit sin apenas avances significativos
La dirección y el comité de empresa de Saint-Gobain cerraron ayer sin acuerdo las conversaciones sobre el expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) que la dirección quería aplicar a partir de mañana jueves, 23 de junio, en la división de Sekurit. Sin embargo, la medida no se aplicará ante las dudas legales existentes por la huelga en marcha desde el pasado domingo, 19 de junio, y que tiene una duración de veinte jornadas. Esa posibilidad se encontraba sobre la mesa desde el momento en que los sindicatos plantearon la convocatoria
La propuesta del ERTE se conoció el pasado 2 de junio, cuando la dirección anunció los planes para la división de Sekurit, en la que también incluían un expediente de extinción de empleo que implica la salida de un centenar de personas de la división de Sekurit en los dos centros españoles, Avilés y Arbós, dentro de sus proyectos para reorganizarse y recuperar beneficios.
Las negociaciones del ERTE comenzaron su marcha aunque, con ellas abiertas, el comité intercentros (integrados por los sindicatos Comisiones Obreras, Soma-FITAG-UGT; Corriente Sindical de Izquierdas y CNT, aunque éste sólo cuenta con representación en Arbós) convocó una huelga de veinte días que comenzó el pasado domingo.
En este escenario, se cerraron ayer las negociaciones, sin que las partes alcanzasen un acuerdo. El martes por la tarde, la dirección había planteado una oferta de mejorar las percepciones que apenas fue contestada por los sindicatos. A última hora de la mañana de ayer planteaban cerrar el diálogo al constatar que no había posibilidad de acuerdo.
Dilema legal
A partir de ahí, la pelota quedó en el tejado de la dirección de Saint-Gobain que se enfrentó a un dilema legal: solicitar la aprobación del ERTE cuando todos los afectados se encuentran en huelga.
Legalmente, durante la suspensión temporal de empleo, el trabajador es despedido de su empresa, aunque la figura legal recoge su retorno sin perder derechos de antigüedad que tenía en el momento del inicio de la medida. Durante el ERTE no se pueden aplicar huelgas, pero en esta situación, la huelga ya se encontraba convocada con anterioridad.
Durante el paro, el trabajador también se encuentra en una situación de interrupción de la relación laboral aunque, a diferencia del ERTE, no recibe prestaciones por ello ni cotiza a la Seguridad Social. Conserva, eso sí, el derecho al retorno al puesto de trabajo una vez que termine la convocatoria de huelga.
Los abogados laboralistas consultados señalan que apenas existen precedentes de una medida de este tipo. El dilema legal es importante porque, aunque se trata de dos situaciones en las que se interrumpe la relación laboral, existen diferencias sustanciales. Y es que en la huelga el trabajador expresa una legítima reivindicación, mientras que en el ERTE se trata de una medida de gestión para asegurar la continuidad de la empresa.
En esta situación, de continuar con la tramitación del expediente de regulación temporal sin un acuerdo con los sindicatos, la dirección de Saint-Gobain podría afrontar un proceso legal por tratar de impedir el derecho a la huelga de sus trabajadores. Además, en la multinacional existen canales internos que gozan de mucho peso y donde los sindicatos podrían apretar a la dirección de Sekurit España. Además, en la actual situación, seguir con el ERTE podría generar malestar interno, ya que la plantilla de Sekurit se encontraría regulada mientras que los trabajadores de Glass seguirían en huelga con el quebranto económico que supone.
Es decir, un escenario lo suficientemente complejo para entender que la decisión de no iniciar los trámites al no tener un acuerdo. Si éste se hubiese dado, se podría haber aplicado sin tantos problemas, incluso manteniendo la huelga, ya que la plantilla de Glass podría seguir con la protesta.
Y más aún cuando el ERTE era una medida coyuntural para afrontar la suspensión de pedidos de las últimas semanas. La negociación realmente importante es la del expediente de extinción de empleo (ERE) que plantea la salida de un centenar de personas de la división de Sekurit. De ellas, un máximo de 42 estarían en Avilés y el resto se reparte entre servicios centrales y Arbós.
De esta manera, ayer por la tarde, las dos partes volvían a la mesa de negociación para abordar los despidos. El escenario no es el más idóneo. Ambas partes llegan a esta jornada cansados después de estos días de negociaciones, aunque también son conscientes de que llega la hora de la verdad. El diálogo sobre el ERE se deberá cerrar el próximo 8 de julio, es decir, quedan dos semanas de intenso trabajo.
Las conversaciones mantendrán el ritmo fijado desde principios de junio: de martes a jueves, en régimen de concentración.
En lo que vamos de mes, ninguna de la dos partes se ha movido un mínimo. Los sindicatos reclaman la retirada de los despidos y abordar el futuro de la planta con inversiones y la recuperación de la producción que se ha desviado hacia otros emplazamientos de Saint-Gobain.
La dirección considera imprescindible abordar la reorganización. Por una parte, es una exigencia de sus superiores en Saint-Gobain, que reclaman que todos los centros de fabricación presenten beneficios para autorizar inversiones.
Por otra, los cambios en el mercado del automóvil obligan a una reorganización para atender las demandas de un sector que reduce su producción y cada vez es más irregular en sus pedidos, al tiempo que exprime al máximo los márgenes de sus proveedores, aunque sean una compañía con el volumen de Saint-Gobain.