Los alrededor de 460 trabajadores de la cristalera están llamados un paro de veinte días que se extenderá del 19 de julio al 8 de julio
Los trabajadores de la división de Glass de la planta de Saint-Gobain, se sumarán también al paro. A pesar de que este colectivo no está afectado por el ERE planteado por la empresa, que supone cuarenta despidos en la división de Sekurit, la huelga que han convocado los sindicatos se convocará mañana lunes para todos los empleados de la planta de La Maruca, que están llamados a un paro de 20 días quedaría comienzo el próximo domingo 19 de junio para finalizar el 8 de julio.
En la fábrica de Arbos en Tarragona, donde los despidos que propone la empresa alcanzan a seis decenas de trabajadores 20% más que en Avilés, el planteamiento sindical es el mismo. También allí el ERE supondría la supresión del 20% de los puestos de trabajo en la división de Sekurit, que se suman al centenar que abandonaron la fábrica hace dos años, cuando la multinacional tomó la decisión de cerrar la división de Glass y recolocar en otras empresas del grupo a aquellos trabajadores que aceptaron las condiciones.
Así las cosas, la previsión es que sea mañana lunes cuando los sindicatos registren formalmente la convocatoria de huelga para poder cumplir con los plazos legales. A partir de ahí, deberán sentarse a la mesa con la empresa en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje, en Madrid, ya que el conflicto afecta a centros de trabajo en comunidades autónomas diferentes, uno en Asturias y otro en Cataluña.
"Más inversión"
En el caso de Avilés, los representantes de los trabajadores no solo reclaman que no haya despidos, sino que la compañía realice inversiones que garanticen un futuro para la planta y un Plan Industrial que, en realidad se lleva muchos años exigiendo. Rechazan las "deslocalizaciones" y piden que no se cargue sobre las "espaldas de los trabajadores" el pago de la complicada situación actual de la planta, que sufre por la mala evolución del mercado del automóvil con ventas a la baja pese al incremento de beneficios experimentado en el último año por la mayoría de los grandes fabricantes.
La empresa sin embargo lanzó hace ya días un aviso: las inversiones se centrarán en aquellas plantas que sean rentables. Y la de Avilés, en el último año no lo ha sido, ya que cerró en números rojos por primera vez en su historia, con unas perdidas de 4,4 millones de euros. Las perspectivas para este ejercicio no son mejores, sino todo lo contrario y, de seguir así las cosas, la previsión es llegar a diciembre con un déficit de unos seis millones.
El martes continuarán las negociaciones tanto del ERE como de leerte de 12 días que también está sobre la mesa.