La Nueva España 08/04/2024
"Barbón ofrece colaboración para salvar "cuantos más puestos de trabajo, mejor" y Monteserín confía en que "no sea una muerte definitiva"
La oposición exige medidas para evitar el impacto sobre la plantilla y que no haya más deslocalizaciones
Una mala noticia para Avilés, para la comarca y para Asturias. La reacción política, de uno y otro signo, fue contundente a la hora de valorar la pérdida de empleos por el cese de actividad de la planta de parabrisas de Saint-Gobain. Desde la Alcaldía de Avilés confían que puedan ser reversibles los 160 empleos a los que alcanzará el expediente de regulación, pero en las filas de la oposición, tanto en el Parlamento asturiano como en el Ayuntamiento de Avilés, exigen garantías para el sostenimiento del empleo industrial. La diputada de IU Delia Campomanes calificó la medida como "un nuevo mazazo" que sucede en el corazón industrial de Asturias, donde la salida de Alcoa y luego Alu Ibérica, desembocó en un proceso de desindustrialización con el se perdieron 250 empleos.
"Es una mala noticia, sin duda. Siempre que hay un ERE es una malísima noticia", remarcó el presidente del Principado, Adrián barbón, pocos minutos después de conocerse que Saint-Gbain planteaba el cese de la actividad en la planta de parabrisas de Avilés. Las organizaciones sindicales tienen un trabajo que hacer que este gobierno apoyará, para salvar cuantos más puestos de trabajo, mejor", subrayó el jefe del Ejecutivo regional. "Hay que esperar a ver qué condiciones se plantean pero digo también que las noticias negativas no pueden ensombrecer las positivas, cuando hablamos de Windar y el incremento que va a hacer en Alcoa. Merece la pena poner en claro eso también", remarcó.
La consejera de Transición Ecológica, Nieves Roqueñí, también se refirió a esta decisión como una "pésima noticia". Su departamento está a la espera de enterarse "bien" de los detalles y conocer qué alternativas se ofrecen de manera que el impacto de esta decisión empresarial sea "el mínimo posible".
Más optimista se mostró la regidora avilesina, Mariví Monteserín, quien expresó su confianza en que "haya alguna posibilidad para no tirar la toalla y que no sea un cierre definitivo". En ese sentido apeló a la empresa y a los trabajadores a una renegociación, si bien reconoció también al "mercado complicado" de Sekurit "pero siempre queda alguna posibilidad para que no sea una muerte definitiva sino para retomar alguna en el futuro si tiene que ver con inversiones o con otros campos". Se comprometió a hablar con el Principado para que haga un ejercicio "de mediación y de no tirar ya la toalla para ver si hay alguna posibilidad de que eso no sea así, que es el deseo de todos" y agregó que, aun conociendo que el mercado del automóvil está pasando por dificultades graves, "a ver qué posibilidades tenemos de llegar a acuerdos".
Desde la Cámara de Comercio de Avilés, su presidente, Daniel González, también valoró la decisión de Saint-Gobain como una "muy mala noticia" para la comarca, por la pérdida de empleo y por el impacto indirecto en empresas auxiliares.
Según González, el mercado del automóvil en el que opera Sekurit se ha visto afectado los últimos años por dos factores: una bajada de la demanda y una fuerte competencia de otros centros de producción de fuera de la UE, lo que ha impactado negativamente en la competitividad de la planta de Avilés. "Confiamos en que el proceso se lleve a cabo con responsabilidad por todas las partes en busca de la mejor solución posible y que en el plazo de negociación pueda encontrarse una solución", apuntó el presidente de la Cámara, quien señalo que respetarán los acuerdos que alcancen las partes deseando que el impacto en pérdida de empleo sea el menor posible.
Por su parte, la portavoz del grupo municipal del PP y diputada nacional, Esther Llamazares, señaló que el anuncio de la multinacional Saint-Gobain de cerrar la división de Sekurit de Avilés, dedicada a la fabricación de parabrisas, "no podía ser una noticia peor para la ciudad y para Asturias", al afectar a unas 160 familias. "Lamentablemente, no hay día en esta región y en Avilés que no tengamos una mala noticia y, desde luego, las que afectan al empleo no pueden ser peores", declaró en Oviedo tras enterarse de la decisión de la multinacional francesa. Llamazares conoció la noticia minutos antes de comparecer ante la prensa para anunciar iniciativas en los ayuntamientos asturianos y en la Junta General del Principado para exigir al Gobierno más ayudas a las industrias electrointensivas. Dijo que "en Asturias son muchos los empleos de calidad de la industria que están en juego".
El líder regional del PP, Álvaro Queipo, aseveró: "Asturias no necesita seguir viendo cómo se destruye tejido industrial y puestos de trabajo".
Desde el Parlamento asturiano, los ecos de la noticia también alcanzaron al resto de grupos. La portavoz de IU-Convocatoria por Asturias, Delia Campomanes, pidió el "máximo consenso" para defender la continuidad de la línea Sekurit, pues el anunciado cese de actividad supone "un nuevo mazazo" que su grupo rechaza "de forma frontal".
Por su su parte, la diputada regional del Grupo Mixto, Covadonga Tomé, tildó de "intolerable" que Saint-Gobain anuncie "despidos masivos" cuando, hace unos meses, se hizo público el beneficio del pasado ejercicio de esta multinacional: 2.700 millones de euros. "Esto nos indica, una vez más, lo necesario de la creación de un fondo público de participaciones estratégicas. Ya son muchas las ocasiones en las que reclamamos que, en empresas con producción industrial cuyo principal accionista es un fondo de inversión, el riesgo de deslocalización es muy alto,", abundó Tomé. En lo que respecta al caso concreto de Saint-Gobain, la diputada recordó que se trata de una empresa que prometió construir un horno nuevo para garantizar la producción, pero "nunca lo llegó a construir".
El forista Adrián Pumares señaló, por su lado, que "desgraciadamente" es una noticia que no les pilla por sorpresa, pues durante las movilizaciones de los trabajadores de 2022 ya habían advertido del problema. "Y dos años después seguimos igual". Por ello, reclamó al gobierno asturiano buscar fórmulas que permitan que el impacto de este cierre sea "el mínimo posible" haciendo hincapié en las repercusiones negativas que el cierre o los despidos en la fábrica tendrían tanto para las familias como para la comarca de Avilés y todo el Principado.
También en el vecino municipio de Castrillón se hicieron eco del anuncio de la multinacional, pues una parte de la planta de La Maruca se encuentra en su territorio y un buen número de vecinos estaban empleados en Saint-Gobain. La portavoz del gobierno, Nuria González-Nuevo, lamentó los puestos de trabajo que se pierden y trasmitieron a las familias su consideración y apoyo. "Pedimos a las empresas, al gobierno nacional y regional que lleven a cabo todas las medidas de tipo energético, fiscal y de I+D para que no se deslocalicen más empleos por una multinacional".
De vuelta a Avilés, la portavoz del grupo municipal de Vox, Arancha Martínez-Riola, manifestó que "a pesar de que los múltiples avisos sobre la falta de competitividad de la planta española y que es extensible a la inmensa mayoría de la industria asturiana, no hemos oído gurgutar al gobierno de izquierdas de Avilés ni al señor Barbón, que fieles a su tradición (recordemos Alcoa) han decidido obviar los problemas y mirar para otro lado esperando que los problemas desaparezcan solos". La edil continuó diciendo: "El cierre de Sekurit no es si no otro de los múltiples ejemplos del fracaso de la izquierda en materia de economía, y el fruto de las absurdas imposiciones de la Unión Europea a nuestra industria, a la que asfixia con gastos sociales, tasas por emisiones de CO2 y precio por kilovatio, impensable en cualquier país desarrollado". Y finalizó reprochando a la izquierda "que asfixia a nuestra industria".