Saint-Gobain plantea una inversión de doce millones en Avilés que incluiría un horno nuevo

 EL COMERCIO   06/07/2022

La dirección condiciona su ejecución a la reorganización en Sekurit, mientras los sindicatos insisten en la retirada de los despidos

La dirección de Saint-Gobain Sekurit en España presentó el pasado lunes al comité intercentros un plan de inversiones para asegurar la continuidad de la actividad y que recoge inversiones que rondan los catorce millones de euros.

De ellos dos irían a Arbós, donde se crearía el anunciado centro logístico que, en una primera fase, contaría con diez puestos de trabajo. Su ubicación le permitirá atender toda la demanda del mercado de recambios del sur de Europa. Avilés recibiría inversiones por valor de doce millones de euros, que incluirían un nuevo horno y que le permitiría reforzar su posición en el mercado de recambios de valor añadido, donde ahora quiere enfocarse la compañía.

En su presentación, José Antonio Piqueras, director general de Sekurit España, explicó la situación del mercado del automóvil que ya había dibujado en la entrevista que había concedido en exclusiva a LA VOZ. Los fabricantes españoles son los que ofrecen menor interés para Saint-Gobain España por su producción de vehículos de gama media y baja, donde imponen una reducción de los precios en los componentes. Además, una vez logrado un contrato, periódicamente, los fabricantes fuerzan rebajas en el precio, con lo que la situación de Saint-Gobain no mejora.

El objetivo es que Sekurit España se convierta en el líder europeo en el suministro de equipos para recambios para generar una base económica que le permita competir por los vehículos de alto valor añadido.

Con todo, la inversión se condiciona a la firma del expediente de regulación de empleo (ERE) que plantea una salida de un centenar de trabajadores de Sekurit en España y que rechaza frontalmente el comité intercentros integrado por Comisiones Obreras, SOMA-FITAG-UGT, Corriente Sindical de Izquierdas y CNT. La petición de los sindicatos es unánime: retirada de los despidos y sentarse a negociar. De hecho, los sindicatos se niegan a moverse un centímetro y las reuniones de ayer martes constataron la falta absoluta de avances.

«No sobra nadie»

El mantenimiento del empleo fue el lema principal de la manifestación que ayer, sobre las once de la mañana, salió de la factoría de La Maruca y se dirigió hacia el Ayuntamiento de Castrillón. Los 4,7 kilómetros los hicieron en una hora y tres cuartos, a un ritmo fuerte por el temor a que las cuatro gotas de lluvia que caían al principio fuesen a más. Frente al Ayuntamiento, la presidenta del comité de empresa, Verónica Otero, arengó a los trabajadores, expresando el rechazo a los despidos y denunciando las deslocalizaciones, además de defender las inversiones en Avilés.

Posteriormente, los integrantes del comité de empresa, junto con Damián Manzano, secretario general de la Federación de Industria de Comisiones Obreras, y José Luis Alperi, secretario general del sindicato SOMA-FITAG-UGT, se reunieron con Yasmina Triguero, alcaldesa de Castrillón, la concejala de Igualdad, Eva Menéndez; y el edil de Deportes y Festejos, Roberto Santiago.

Triguero trasladó al comité el respaldo de la institución, recordando que la semana pasada el Ayuntamiento de Castrillón había aprobado una declaración de apoyo. También aseguró que había expresado a la dirección su rechazó a los despedidos y se ofreció a apoyar las inversiones que asegurasen la continuidad de la producción.

Desde Comisiones Obreras, Damián Manzano restó valor al anuncio de las inversiones asegurando que «faltaban concreciones y un plan temporal». Por su parte, José Luis Alperi recordó que otras empresas que suministran al sector del automóvil han afrontado esta situación «con medidas de flexibilidad y sin despidos».