La crisis abierta por los reproches de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, a "la escasa implicación" del Ejecutivo autonómico de Adrián Barbón en defensa de la plantilla de Saint-Gobain generó ayer reacciones encontradas en el tablero político, desde el estupor en el Gobierno regional de coalición hasta las críticas unánimes en la derecha, pasando por el toque de atención de Adriana Lastra y el malestar de los trabajadores afectados. Sobre la mesa, la posibilidad de un encuentro entre Barbón y Díaz este mes en Oviedo, para limar asperezas.
El Gobierno autonómico, con Barbón al frente, no ocultó su enfado por el cuestionamiento que Yolanda Díaz realizó acerca de que el presidente del Principado tuviera "otras prioridades en su agenda" y sobre la "escasa implicación" del Gobierno asturiano en defensa de la plantilla de Sekurit. "Lo lógico es trabajar juntos para buscar soluciones, no lo entendemos", máxime, tratándose de dos gobiernos de coalición muy similares, indicaron fuentes cercanas al Ejecutivo regional. En esa búsqueda enmarca el Principado la reunión que hoy mantendrá en Madrid el presidente Barbón con el ministro de Industria, Jordi Hereu, para tratar el conflicto en la planta de avilesina de Saint- Gobain. Un encuentro en el que también está prevista la presencia de la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, y de la consejera de Industria, Nieves Roqueñí.
El Gobierno autonómico cree que la polémica abierta por la vicepresidenta del Gobierno central desvía el objetivo, que no es otro que poner el foco en tratar de llegar a un punto de solución para los trabajadores de Sekurit. Una línea argumental que apuntaló la diputada y vicesecretaria general de Política Institucional de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Adriana Lastra: "Como dejó claro nuestro secretario general y presidente del Principado, la prioridad del Gobierno y de la FSA es respaldar a los trabajadores de Sekurit y trabajar para buscar una solución a la actual situación. En eso estamos centrados y con ese objetivo vamos a trabajar, en defensa de la actividad y empleo", sostuvo la diputada.
El socio del gobierno autonómico teóricamente más próximo a Yolanda Díaz, Convocatoria por Asturias-IU, atribuyó la crisis Díaz-Barbón a "un malentendido", pero se desmarcó de la crítica a la escasa implicación del Principado con la plantilla de Sekurit formulada por la Vicepresidenta. "Es un proceso difícil, hay que poner todos los mecanismos a nuestro alcance para frenar esos despidos y garantizar el futuro de esta actividad a medio y largo plazo", afirmó el consejero Ovidio Zapico, quien cree que "este malentendido no debe ir más allá, ni debe enturbiar la relación entre dos gobiernos de un mismo sustrato político, que nos debemos coordinar ante este problema de la plantilla de Sekurit".
También Xabel Vegas, portavoz de Convocatoria por Asturias-IU en la Junta, atribuyó a "un desafortunado malentendido" el cruce de declaraciones entre Yolanda Díaz y Adrián Barbón y subrayó "el apoyo sin fisuras" que tanto el Gobierno regional como el central están dando a los trabajadores "frente a la política deslocalizadora de la empresa". La plantilla, en cambio, dijo ayer no tener "ni idea" de lo que las distintas consejerías del Gobierno asturiano "están haciendo por nosotros", en contra de lo manifestado por el presidente del Principado en una rueda de prensa en la tarde del miércoles, cuando la vicepresidenta ya estaba de vuelta en Madrid. La diputada Covadonga Tomé sostuvo que "el objetivo de las fuerzas de izquierda debe ser que Sekurit detenga el ERE ya".
Críticas de la derecha
El fuego amigo entre los dos gobiernos de coalición, el central y el autonómico, por la amenaza de cierre de la multinacional Saint-Gobain recibió ayer duras críticas de los distintos partidos de la derecha. "Es lamentable verles pelear en público y siendo indiferentes ante esta problemática tan grave", valoró el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, que ayer estuvo en Gozón junto al presidente de los populares asturianos, Álvaro Queipo. Para este último, el desencuentro del miércoles fue "algo espectacular; que una vicepresidente venga a Asturias a no poner ni una solución sobre la mesa, pero a señalar con el dedo a quien cree culpable, y que la respuesta de Barbón sea que está muy ofendido es algo que Asturias y asturianos no nos merecemos".
La portavoz de Vox, Carolina López, vio en el choque "otra muestra de la falta de entendimiento y cohesión en la izquierda (...) No nos cansaremos de denunciar el seguidismo de políticas verdes y progresistas cuyo resultado es el que vemos en Saint-Gobain o la sombra de duda que se cierne sobre Arcelor".
Adrián Pumares, de Foro, calificó de "descorazonador" y "frustrante" la crisis entre la vicepresidenta segunda del Gobierno de España y el presidente del Principado: "Emplazamos a ambos a buscar una solución que evite el cierre en vez de lanzarse declaraciones y reproches".
"Parece que ha venido a hacerse la foto", reprocha la patronal
Y. González / F. L. J.
La Federación Asturiana de Empresarios (FADE) criticó ayer la visita relámpago a Avilés de la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, para exhibir su apoyo a los trabajadores de Saint-Gobain. "Parece que ha venido a hacerse una foto, porque ella misma reconoce no tener competencias sobre la decisión de la compañía", criticó María Calvo, presidenta de la patronal asturiana.
Calvo lamentó el cese de producción de la fábrica de parabrisas de Sekurit (perteneciente a Saint-Gobain), y manifestó su "deseo" de que "la situación se resuelva satisfactoriamente". "Pero rechazamos el intervencionismo y la injerencia política en temas empresariales. Las empresas asturianas ofrecen un trabajo digno y cumplen con las reglas de funcionamiento de nuestra democracia, pero deben poder decidir libremente cumpliendo estas normas", matizó la presidenta de FADE, que advirtió de que "lo contrario no sería propio de una economía de mercado, sino de otros regímenes que no llevan a la prosperidad ni de las empresas ni de los trabajadores".
Por la parte sindical, el secretario general de UGT Asturias, Javier Fernández Lanero, no quiso entrar en la "guerra de declaraciones" entre Díaz y el presidente del Principado, Adrián Barbón, y expresó su confianza en que el Gobierno asturiano "está haciendo todo lo que está a su alcance para la continuidad productiva en Saint-Gobain". "Todos debemos remar en la misma dirección para buscar fórmulas que eviten deslocalizaciones industriales", afirmó.
Damián Manzano, secretario de CC OO Industria, señaló por su parte que "lo importante es que las administraciones públicas, con independencia de su ámbito, aúnen esfuerzos para alcanzar medidas concretas".
"Es una vicepresidenta, no Shakira en un concierto"
Juan A. Ardura
No hay nada que duela más en un gobierno o en cualquier organización política que el fuego amigo. Si encima las balas llegan en un tiempo crítico, con bulos, desinfomaciones o "fake news" convertidas en el pan nuestro de cada día de los argumentarios de los partidos, con el punto de mira sobre presidentes o gobiernos, todavía resulta más chocante el episodio de este miércoles entre la vicepresidenta de todo un Gobierno central que se autopresenta como progresista con el presidente del Gobierno asturiano, que añade a ese talante los apellidos de la "clara vocación reformista" siempre que hay ocasión.
Pero es lo que tiene vivir en campaña electoral permanente, que todo vale para tratar de colgarse medallas cuando se viene de un ciclo de elecciones autonómicas en Galicia, País Vasco y Cataluña en las que les ha ido mejor a unos socios que a otros en el bloque de izquierdas, y cuando se avecinan unos comicios europeos que en las últimas convocatorias (2014 y 2019) han resultado más trascendentes de lo que a priori podía presumirse. Sin olvidar los movimientos tectónicos en el espacio de una izquierda alternativa con diversidad de actores: IU, Sumar, Más País y Podemos.
En medio de este cóctel, agitado ya de por sí, irrumpe la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, con una visita sorpresa para respaldar a la plantilla de Saint-Gobain a las puertas de la factoría de La Maruca. Hasta ahí casi todo normal, más allá de que la presencia de la "número tres" del Ejecutivo de Pedro Sánchez se conociera muy a última hora, con el consiguiente impacto en las agendas institucionales de los que son, al menos, teóricos socios.
Lo que ya resultó molesto y cabreó fueron los reproches de Díaz sobre la "escasa implicación" con los trabajadores de Sekurit de un Gobierno autonómico sustentado, además de por el PSOE, por una organización como Convocatoria por Asturias, que se autodefine como referente de Sumar, el proyecto promovido por la también ministra de Trabajo. No son formas, esgrimen, porque "es una vicepresidenta, no Shakira en un concierto, y debería tener claro que a un gobierno de coalición se le respeta". Lo peor, añaden algunos de sus socios, es que ese "divismo" de Díaz y una deriva excesivamente personalista hayan relegado a un plano muy secundario lo realmente importante: el apoyo a la plantilla de Sekurit para evitar el cierre.