El Comercio 07/05/2024
En su respuesta a la Dirección General de Empleo detalla todos los impedimentos para poner en marcha un plan industrial para el auto
La tercera jornada de las negociaciones del Expediente de Regulación de Empleo de Extinción (ERE) en la planta de Saint-Gobain, motivadas por el cierre de la línea de Sekurit, abrió ayer un nuevo capítulo en el diálogo entre dirección y comité de empresa. La compañía respondió, con fecha del pasado 3 de mayo, a todas las solicitudes de información por parte de la Dirección General de Empleo, tema que ayer se abordó en la reunión. Además, respondió a la mayoría de las preguntas realizadas por los sindicatos el pasado día 30 de abril sobre la actividad de la empresa. De esta manera la tensión en la negociación subió varios grados.
La contestación no fue del agrado del comité de empresa, que reprochó a la dirección «actuar de mala fe» y manipular los datos para justificar su posición. Incluso los sindicatos recriminaron que no se utilizasen las previsiones de actividad de la patronal del automóvil, ni del Gobierno ni de la Unión Europea.
Con todo, el mayor conflicto se generó al abordar la inversión para el mercado de recambios, finalmente efectuada en Rumanía.
El mensaje planteado desde la dirección de Saint-Gobain fue claro: el comité de empresa conocía la evolución de Sekurit sin que fuese posible lograr un acuerdo para revertir la dinámica que ahora va a llevar al cese de actividad el próximo 24 de mayo.
En su contestación al Principado, la dirección de Saint-Gobain recuerda que el ejercicio de 2022 comenzó de una manera adversa, ya que la planta venía sufriendo «una caída de demanda y de la producción significativa desde 2019». Al inicio del año, la dirección planteó modular el pago de los atrasos del convenio (IPC, en esos momentos el 3,1 por ciento, más el 0,4 por ciento de subida, junto con las previsiones de crecimiento de la inflación). El comité de empresa rechazó cualquier cambio, por lo que se cumplió lo pactado.
En ese contexto, para «asegurar la continuidad y la viabilidad» de la planta en Avilés planteó un plan industrial con una inversión de 12 millones de euros en Avilés con tres condiciones: cambiar el modelo de relaciones laborales, un nuevo convenio colectivo para moderar los costes laborales y dotar a la organización de mayor flexibilidad y una reorganización de la planta suprimiendo un turno de trabajo y reduciendo los costes fijos, lo que suponía 42 despidos.
Los representantes sindicales rechazaron ese planteamiento, calificando los planes de la empresa de «chantaje», afirmando que las condiciones expuestas no «aseguraban las inversiones, sólo el despido de trabajadores para luego ver si París consideraba que éramos lo suficientemente dóciles para aprobar las inversiones o no».
Además, el comité señaló que la autorización de las inversiones no necesitaban de ningún «despido; sólo de voluntad de la dirección, cuando la realidad es que se ha desviado la producción a terceros países».
La dirección también recordó al comité la negociación del actual convenio colectivo, cuando en octubre de 2022, retomó el plan industrial con tres condiciones: moderación salarial, cambio en el modelo de relaciones laborales e incorporación de medidas de flexibilidad. No se alcanzó ninguna de las tres metas y, ante el Principado, se desvela que el convenio «sólo fue refrendado por uno de los tres sindicatos de Avilés y fue necesario el apoyo del centro de Arbós para aprobarlo». Es más, en la comunicación señala que SOMA-FITAG-UGT y CSI impugnaron la parte de moderación salarial ante la Audiencia Nacional». Después de un primer fallo a favor de la dirección, se encuentra pendiente de la resolución del recurso de casación. Desde el comité de empresa se rechazó la argumentación empresarial señalando que sólo «buscaba un recorte de los derechos de los trabajadores».
La última gran oportunidad para revertir la dinámica fue la propuesta de la dirección mundial de Saint-Gobain de una mediación con la consultora Syndex, que habitualmente asesora a los sindicatos europeos de Saint-Gobain. En su momento la propuesta sólo fue aprobada por Comisiones Obreras, ayer el comité de empresa volvía a rechazarla por la «falta de confianza» que les aportaba», citando el caso de Arbós donde su implicación no impidió el cierre del float.
Después del receso del almuerzo, la situación no mejoró mucho más. La dirección contó con la presencia de la consultora que deberá afrontar la recolocación de la plantilla. Sin embargo el comité de empresa la rechazó por su participación en anteriores procesos en Asturias «sin que hubiese logrado una recolocación significativa de los afectados». Los dirigentes sindicales reclamaron datos que facilitasen la eficacia del equipo, ante lo que respondieron «con vaguedades», señalaron desde el comité de empresa.