En lo que va de siglo Saint-Gobain Cristalería ha cerrado o segregado seis centros en España y reducido la plantilla a 500 trabajadores
La votación en asamblea que se produjo en la planta de Saint-Gobain el pasado viernes y que lleva al cierre de la división de Sekurit (parabrisas) ha sido el momento más difícil de los 72 años de historia de Cristalería en Avilés. Y lo ha sido no sólo para los trabajadores que tienen por delante un futuro incierto, sino también para sus compañeros de la línea que queda en activo, Glass (construcción), en donde ya se ha asentado cierto pesimismo, y para los centenares y centenares de extrabajadores que ven como se dice adiós a una producción de parabrisas que arrancó en la factoría de La Maruca a finales de los años setenta, hace casi medio siglo.
En esta larga trayectoria, la producción cristalera en la ciudad ha vivido momentos muy complicados, especialmente desde 2008, pero es la primera vez que habrá salidas obligadas de trabajadores de Avilés hacia otras factorías, hasta ahora las instalaciones de la ciudad habían sido las receptoras de otros expedientes de regulación o cierres de la multinacional en sus otras fábricas.
El anuncio el pasado 8 de abril del cierre de esta división levantaba inmediatamente la voz en contra de esta medida tanto de sindicatos como de políticos, y finalmente de toda la ciudad en una manifestación la pasada semana; pero nada paró la decisión tomada, ni siquiera la intervención del Gobierno de España, el Ministerio de Industria sólo arrancó de Saint-Gobain un compromiso para reparar el horno float invirtiendo cinco millones de euros, lo que garantiza el trabajo de la división de Glass para unos pocos años, ni siquiera se anunció tras esa reunión la construcción de uno nuevo que requeriría una inversión de cien millones y que sí aseguraría la continuidad de la actividad en Avilés durante más de una década.
El cese de la actividad de Sekurit en Avilés en este 2024 se viene a sumar a una serie de cierres que Saint-Gobain Cristalería ha venido haciendo a lo largo de este siglo y que la ha dejado muy mermada, de hecho, cuando se cierre el expediente que extinguirá decenas de contratos en Avilés, Saint-Gobain Cristalería tendrá aproximadamente medio millar de trabajadores, un volumen de plantilla bastante inferior al que tenía sólo en el centro de Avilés a principios de este milenio.
En el año 2000 la sociedad estaba formada por los centros de Avilés, Arbós, Azuqueca de Henares, Hortaleza, Renedo y Madrid. Dos años más tarde segrega Hortaleza y posteriormente la cierra en una operación urbanística, y a al año siguiente vende la torre que tenía en Madrid y eso conduce a que en unos años el personal sea cambiado de división y también en 2003 traslada la producción a la Almunia de Doña Godina, Zaragoza, donde hace una inversión de 25 millones de euros, solo 7 años más tarde cierra el centro y traslada la producción a Glass Avilés.
Y siguiendo con los cambios en las dos últimas décadas, en 2010 se segrega también la fábrica de Azuqueca de Henares que se integra en Aislamientos y a primeros de 2014 la fábrica de Glass en Vioño de Piélagos, Renedo, fue segregada también para finales de ese mismo año anunciar su cierre después de noventa años de presencia en la comarca cántabra. Todo ello sucedía tras haber realizado la inversión que había comprometido la multinacional orientada a la fabricación de vidrio para energía solar. Pero la legislación española introdujo cambios que penalizaban el uso de esta clase de energía, lo que precipitó el cierre.
El incendio del horno en 2008 en Avilés puso a la factoría de La Maruca al borde del precipicio, pero la compañía decidió su continuidad, no obstante, eliminó de sus inversiones la del horno Proteo 40 para la fabricación de vidrios especiales, lo que supuso la pérdida de uno de los pilares de Avilés, íntimamente ligado al I+D+i.
Ya en el verano de 2020 se produjo el cierre de Glass en Arbós después de un duro conflicto que se prolongó durante varias semanas. La dirección se comprometió entonces a garantizar la viabilidad del Sekurit, sin embargo, dos años más tarde presentó un ERE para esta división tanto en Avilés como en Arbós que afectaba a unos cien trabajadores, incluido personal fuera de convenio. Después de una larga movilización la empresa decidió retirarlo.
Y llegó el pasado abril en el que el presidente de Saint-Gobain Sekurit España, Portugal y Marruecos, Antonio Piqueras, anunció el cese de una actividad con casi cincuenta años de historia en Avilés, la producción de parabrisas. Lo hizo a través de un comunicado en el que decía que «desgraciadamente, se consolidan los problemas estructurales de los últimos años. La actividad de fabricación de parabrisas en Avilés ha vuelto a ser deficitaria en 2023 y las perspectivas comerciales para 2024 no nos permiten seguir generando una actividad sostenida a partir de finales de mayo. Así, tras haber evaluado todas las opciones disponibles y a pesar de los numerosos esfuerzos que se han llevado a cabo durante los últimos años para mantener abierta la actividad, entendemos que el cierre definitivo es la única alternativa posible al no vislumbrar ninguna otra de futuro que garantice la viabilidad de fabricación de parabrisas en el centro». Después se supo que esto se basaba en unas cifras concretas de caída de la producción. Se hacía referencia a que entre 2019 y 2023 la producción habría disminuido en un 28,84%. Lo cierto es que desde 2008 a 2019 el número de parabrisas que se producían en Avilés pasó de ser de 1.885.000 a 1.250.000. De Avilés salían los parabrisas para el 74% de los vehículos que se producían en España en 2008, mientras que en 2019 ya era sólo el 47%.
La debilidad de Avilés se inició con la puesta en marcha de la fábrica de Marruecos, en Kenitra en 2012. Sólo un año antes Sekurit Avilés había alcanzado la mayor cifra de producción, con casi dos millones de parabrisas, al año siguiente fueron 1,6 millones y ya no paró de decrecer.
Han pasado 47 días desde que se anunció el cierre de Sekurit Avilés y ahora ese fin de la actividad ya tiene fecha concreta. Antes del 14 de junio los 125 trabajadores afectados tienen ya que conocer su futuro, bien la recolocación o el traslado o el despido.
La alcaldesa llama a centrarse en la ampliación de Glass
La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, se pronunció ayer sobre el plan social aprobado por los trabajadores de Sekurit para el cierre de esa división de Saint-Gobain en Avilés. Afirmó que «dentro del mal, es bueno haber llegado a un acuerdo entre la empresa y la plantilla para la fase final de Sekurit». Aunque reconoció que «estamos viviendo una etapa muy dolorosa, sobre todo los trabajadores y trabajadoras».
La primer edil avilesina llamó a centrar ahora la mirada en la división que continúa teniendo actividad, la de construcción. «Tenemos que centrarnos todos en la ampliación del proyecto de Glass en la comarca de Avilés», algo que, según dijo, «pasa porque la empresa encuentre su lugar en nuestro ecosistema industrial contando para ello con el apoyo de las administraciones públicas».
Consideró que esto también tiene que producirse «en el marco de un acuerdo con los trabajadores para afrontar nuevos retos de inversión y creación de empleo». En su opinión, «la expectativa de futuro a medio plazo para que Glass crezca en producción, empleo y en investigación, es razonable».