CSI Avilés 09/11/2022
Durante estos últimos meses hemos asistido a un espectáculo lamentable. Después de la retirada por Saint-Gobain del ERE que planteó con 40 despidos en Avilés, fruto y como consecuencia de la lucha ejemplar llevada a cabo por la plantilla, nos encontramos como la empresa después de las vacaciones volvió a intentarlo. Eso sí, de otra manera. Convirtió el centro en un gran Zoco donde, a base de ofertas y presiones a determinadas personas trabajadoras, pretendía dar salida al excedente de trabajadores que dice tener en Sekurit al cambiar de modelo de negocio. Nada menos que 25 trabajadores, en principio.
Un ERE encubierto que los sindicatos mayoritarios en el centro hicieron de colaboradores necesarios para que éste se llevara a cabo. Gestionaron, alentaron, promovieron y justificaron estas prácticas de mercadeo colectivo.
Este comportamiento es continuación a los últimos días de negociación del ERE en Madrid el pasado mes de Julio, donde estos mismos sindicatos ya protagonizaron una rendición en toda regla, poco antes de que la empresa desistiera del ERE presentado, cuando asumían parte de los despidos en la contrapropuesta que entregaron a la empresa. En un comunicado sindical se leía textualmente que “el número de afectados propuesto por la empresa debería ser menor”. Quiere esto decir que, al mismo tiempo que la plantilla estaba haciendo huelga, aclamando y defendiendo que aquí no sobraba nadie, en la negociación en Madrid, la mayoría sindical, estaban postulando lo contrario.
En la justificación de esta decisión está el nuevo modelo de negocio que intenta implantar la compañía, enfocado en el mercado de recambios y que, como venimos diciendo, nos lleva directamente al mismo precipicio que llevó al cierre de la misma actividad en Portugal. Hasta los propios responsables expresan desconfianza y estar preocupados por la situación y el futuro de la actividad, mientras que el propio Director afirmaba en una nota que pretendía ser tranquilizadora, que la fábrica podía “ganarse la vida”, como si de una tienda o taller de barrio se tratara.
La Empresa sigue sin concretar la entrega de ningún Plan Industrial que de viabilidad a la actividad, ni tampoco han garantizado la intención de no aplicar en un futuro inmediato otras decisiones drásticas que supongan otro perjuicio para la plantilla. Es decir, ningún tipo de compromiso, quedando todo en la misma y clamorosa incertidumbre, generadora de miedos y amenazas. Al revés, la empresa ha procedido a sancionar injustamente a un compañero que se significó en las pasadas movilizaciones, a modo de escarmiento y represión.
Es evidente que este ERE camuflado o “medidas no traumáticas”, como lo denominan aplicando un eufemismo para despistar, no va a despejar ni solucionar el futuro de la actividad del Sekurit. Muy al contrario, servirá para que la compañía la siga teniendo entubada, con cuidados paliativos, a la espera de que a alguien en su momento se le ocurra desenchufar la máquina.
Desde CSI, entendemos que soluciones individuales y cortoplacistas a problemas colectivos y de futuro, no se arreglan con apaños y ocurrencias que lejos de resolverlos los traslada en el tiempo, y mucho menos, apoyando y siendo parte activa de este proceso. En lugar de seguir la senda marcada en el conflicto, exigir compromisos a esta multinacional y seguir luchando y peleando para hacer cambiar este tipo de decisiones internas que, no olvidemos, son industriales, se prefirió tirar la toalla y seguir a pies juntillas lo que esta empresa en cada momento marca. Otra vez se tropieza en la misma piedra y ya van unas cuantas.
Y como si de una película de suspense se tratara, todavía puede quedar por venir otras secuelas, como derivadas de esta decisión en el Sekurit, que salpica en otros ámbitos y que la empresa utiliza y ya anunció. Además de la destrucción de puestos de trabajo directos, pretenden, por un lado, una reorganización en Glass, justificada por la inclusión de personal de Sekurit que empeora las condiciones de trabajo y, por otro lado, la supeditación a lo que la empresa llama inversiones en Sekurit, a una merma en el Convenio.
La reflexión que hacemos es que todo está incluso peor que cuando empezamos el conflicto (somos 25 menos, de momento) y que, desgraciadamente, éste no ha servido para empoderarnos y revertir situaciones. Seguimos insistiendo que sólo a través de la lucha colectiva y organizada, que lleve adelante un plan de acción y unidad, podremos conseguir la recuperación y apuesta como centro industrialmente avanzado. Ya lo demostramos.