Vigilancia extrema. Saint-Gobain

 El Comercio 23/06/2024

José María Urbano. Opinión

El anuncio de Saint-Gobain de un nuevo horno en Avilés necesita un seguimiento continuo para evitar 'otro Sekurit'


Misión cumplida para la multinacional Saint-Gobain en Avilés: ha logrado eliminar una actividad de la que presumió durante años, cerrada una instalación, desmantelada y vendida o 'colocada' en otra parte. Resumen de una deslocalización fuera y dentro de la Unión Europea, una huida en toda regla tras incumplir sus propias promesas. Ignoro si la memoria anual de la compañía de 2024 va a recoger el 'bonus' que va a llevarse para casa el inefable director general de Sekurit España, José Antonio Piqueras, tras lograr tan 'impresionante logro' para su empresa después de haber hecho trizas su credibilidad –muy tocada ya desde sus exhibiciones de pensamiento profesional, político y de ocio en Facebook– y también la de la propia multinacional, que aunque parezca increíble lo ignoraba todo sobre la existencia en España de un PERTE de descarbonización al que puede acogerse para obtener ayudas de hasta un cuarenta por ciento de su inversión, incluso más. ¡Igual Sekurit se pudo salvar!

Fruto de esa 'aparición' sobrevenida, el responsable de la multinacional en el sur de Europa, Jean-Luc Gardaz, ha asegurado ante el Ministerio de Industria español que la planta de Avilés –Glass y lo que se pueda añadir– será «la de menor impacto de CO2 de Europa» con la puesta en marcha de un nuevo horno en 2027.

Decía George Bernard Shaw, el escritor y activista político irlandés, Premio Nobel de Literatura, que «el éxito no consiste en no cometer errores, sino en no cometer el mismo error dos veces». Se supone por lo tanto que esta ciudad, esta región, y lógicamente esta empresa avilesina desde hace setenta años, habrán aprendido la lección de lo que supone estar anunciando que viene el lobo y darse cuenta que era verdad y que cuando llegó ya era tarde para reaccionar. Por lo tanto, habrá que pensar que a partir de ahora habrá un seguimiento permanente, hasta insistente, de los pasos que esté dando Saint-Gobain para cumplir esa promesa que ha hecho uno de sus máximos responsables de París. Y en esa labor no debe quedarse sola la alcaldesa de Avilés, que me consta que lo está haciendo en solitario a día de hoy, sino que habrá que apelar al Principado y a los responsables de Industria para que se involucren ya en esa tarea, a la espera también de que Sekuens sea más que una oficina abierta en Avilés que de momento da muy bien para las fotos. De otras instancias no cabe esperar mucho desgraciadamente, al revés de lo que sucede en Oviedo y Gijón, con dirigentes empresariales envidiables.

Y respecto a la clase política, a algunos políticos, lo mejor es que no enreden y que no contaminen el ambiente con su flagrante ignorancia en algunos casos, su escaso esfuerzo por leer y estudiar y su afán de protagonismo, aunque eso les haga caer en el ridículo. No distinguir un DRI de un horno eléctrico, no enterarse –¡en Asturias!– de que el Gobierno de España aprobó el 4 de abril de 2023 la ayuda de 450 millones a ArcelorMittal para su DRI en la planta de Gijón y que ese proyecto solo está a la espera de la decisión de la compañía, que no ha acometido ni una sola inversión de ese tipo en toda Europa, y que para el horno eléctrico de Gijón, incluso otro para Avilés, también contará con las ayudas correspondientes... Todo eso que se ignora o se elude, o se retuerce por un simple aprovechamiento político de criticar al rival como sea, lo único que hace es incrementar el hartazgo de la sociedad con este tipo de políticas que no aportan nada y que vuelven a dejar en evidencia la perplejidad que causa ver sentada en el Congreso o en el Senado a determinada gente de dudosa capacidad.

Volviendo a la súper inversión prometida por Saint-Gobain en Avilés sería bueno conocer todos los datos para evitar futuras disculpas ante otro incumplimiento sonado como el que se ha producido con la división de Sekurit. Por ejemplo, respecto a un futuro horno eléctrico: no se puede extraer de un horno de vidrio como los actuales, de 600-700 toneladas/día, solo con fusión eléctrica. No se dispone de la tecnología adecuada ni daría la calidad exigida. Por lo tanto, si se habla de un horno eléctrico, pongamos todas las reservas.

Otra cosa distinta es que la multinacional francesa empiece a hablar ya de la utilización de hidrógeno verde en Asturias. Saint-Gobain sabe de qué estamos hablando porque ha realizado ya los primeros ensayos de combustión con hidrógeno verde en un pequeño piloto en el centro que tiene de I+D en Alemania ubicado en Herzogenrath, próximo a la fábrica de Stolberg. Y fue un éxito, según sus propias apreciaciones, gracias a un programa de I+D-i lanzado en 2022 aprovechando la alta experiencia del Grupo en combustión, calidad del vidrio, materiales refractarios y diseño de hornos industriales. Estas pruebas industriales en Herzogenrath fueron probadas anteriormente a escala laboratorios, mediante ensayos realizados en dos centros de investigación en Francia, el de Aubervilliers y el de Cavaillon.

Es decir, la multinacional francesa dispone ya de la tecnología adecuada para afrontar esa gran inversión del horno en Avilés. Lo que no impide que mientras madure el complejo negocio del hidrógeno verde, llegue a acuerdos como en Rumania, en donde ha asegurado el suministro de electricidad renovable (PPA) de cinco años con OMV Petrom, que cubre aproximadamente 800 GWh de electricidad procedente de fuentes eólicas y fotovoltaicas.

Habrá que exigirle –¡qué palabra tan horrible!– a Saint-Gobain que no vuelva a contarnos historias 'piquerianas'. Lo tienen todo, hasta ayudas estatales espectaculares, para evitar defraudar a Avilés y a Asturias una vez más. Esperamos ya la concreción de su anuncio-promesa de esa gran inversión.