SEKURIT: NARANJAOSCUROCASINEGRO
Es evidente que la noticia aparecida en los medios de comunicación aludiendo al futuro de cierre de la planta del Sekurit de Avilés ha causado un impacto notable. La forma tan sorpresiva de trasladar esa información ha provocado un estupor e inquietud. Y es mas que evidente que es de aquellas noticias que nunca querríamos que fueran verdad.
Pero también creemos que a cualquier trabajador de esta factoría es consciente del inminente peligro de continuidad del Sekurit en un futuro inmediato. En diferentes asambleas, notas de sindicatos, prensa e incluso la propia empresa, así se ha manifestado esta circunstancia.
A modo de recordatorio, y aunque el problema venía de atrás, en 2017 los sindicatos convocaron varios días de huelga y concentraciones reclamando el futuro e inversiones para el SEKURIT, con visita incluida al Ayuntamiento de Avilés para solicitar su apoyo, y una promesa de continuidad de acciones sindicales que nunca se produjeron.
Hay muchas señales inequívocas que presagian un futuro oscuro. Cuando en 2018 en nota de prensa se anunciaba que Saint-Gobain garantizaba 5 años de actividad en la planta de Avilés con 21 millones de inversión a resultas de una visita que realizó Scotti, por aquel tiempo Delegado General de la compañía, y de la cual nadie trasladó y comprobó su veracidad. Cuando recientemente salimos de un conflicto con huelgas incluidas, en la que se reivindicaba a la Empresa, como punto principal, que se abstuviera de subcontratar actividades propias. Cuando se ha reducido progresivamente a la mitad la producción de parabrisas desviándose a otros países. Cuando cierran departamentos esenciales como lanzamientos o automatización. Cuando se están reduciendo contínuamente personal de las diferentes subcontratas y disminuyendo al mínimo las contrataciones directas de trabajadores. Cuando el propio sindicato CCOO publicó un resumen de la convención europea realizado en el mes de abril donde el Sekurit Avilés aparece en naranja, indicando una situación delicada debido a los productos de escaso valor añadido que dejan poco margen y el coste de la mano de obra que se considera demasiado elevado y que presenta una “situación tensa”. Cuando salieron en prensa este mes de mayo diferentes noticias de CCOO, alertando del declive de la planta de parabrisas, del futuro de la línea del Sekurit, pidiendo una cumbre sobre el futuro de Saint-Gobain y más recientemente diciendo que están preparando un plan de bajas incentivadas por el coste de personal. Cuando en la última asamblea los sindicatos comentaron retomar y abordar el problema de la viabilidad y futuro del Sekurit. Cuando el propio Consejero acota el cierre solamente a este año. Cuando el Director General del Sekurit, comenta que el futuro industrial de España está en Marruecos y que algunos tendrían que reflexionar. Cuando la Empresa tiene instaurado un ambiente laboral tan degradado donde se empeña en seguir generando tanta frustración y desmotivación entre los trabajadores.
Todas estas circunstancias y más, sumadas a lo mucho que nos ocultan, y agitadas en un cóctel no sale de color naranja, sale un panorama de color negro como el carbón.
No es la primera actividad que desaparece en Avilés, tenemos el precedente del CIDA. Unas instalaciones que en sí mismas eran una auténtica fábrica, que daba empleo a unas cien personas y con una inversión millonaria comprometida que crearía puestos de trabajo. De la noche a la mañana se paralizó todo, su actividad se redujo a una "célula" residual, para acabar prácticamente desapareciendo y convirtiéndose en un mero laboratorio de fábrica. Pese a que existían indicios la compañía lo negaba todo hasta que presentó una propuesta de ERE de extinción a la parte social. Sin tiempo, solo se pudo negociar recolocaciones y "salidas pactadas".
Tampoco podemos olvidar el reciente ejemplo de la Fábrica de Renedo, una instalación completamente nueva, en la que se seguía invirtiendo, incluso el mismo año del cierre se adaptaron las instalaciones a los requerimientos medioambientales. También existían indicios del desenlace, en ultimo año de producción la plantilla aceptó una segregación del centro y la bajada de un diez por ciento del salario. También se vieron movimientos de plantilla hacia la fábrica de Avilés y un ERTE. Con todo ello se buscaba la rentabilidad, decía la compañía. Hasta que cerró.
Vetrotex, Verallia, La Almunia, Azca oficinas, Hortaleza, La Veneciana, etc. etc., donde en la mayoría de ellos se realizaron de una manera abrupta, rápida e inesperada y siempre con el denominador común de negarlo todo al principio. Lo único que nos han enseñado es a vivir en alerta permanente, con continuos engaños, vaivenes y opacidades sobre el futuro de sus instalaciones. Ha sido estilo Saint-Gobain. Una compañía tremendamente jerarquizada, donde las decisiones relevantes y estratégicas las deciden personas en lugares inaccesibles y donde la información y comunicación siempre ha sido una asignatura pendiente.
El último comunicado de la Empresa, tan forzado y parco como inseguro y amenazante, lejos de despejar dudas las ahonda, lejos de tranquilizar genera incertidumbres: ¿Qué noticia de cierre se desmiente y para cuándo, para este año, para el próximo? ¿Qué garantías de futuro contiene? ¿Qué significa que todos los interlocutores sociales se encuentran informados de los Planes de Futuro de los negocios, cuando los trabajadores no tenemos constancia de ningún Plan? Se trata una vez más de la consabida estrategia directiva consistente en decir y hacer como que aquí no pasa nada y negar la mayor, cuando todos vemos que el enfermo está entubado y con respiración asistida.
A nuestro modesto entender, la situación en que nos encontramos es fruto, entre otros factores, de una política de oscurantismo y de hechos consumados por parte de la Empresa que fomenta precisamente que noticias de terceros hagan aflorar decisiones que afectan a los trabajadores, con más o menos intensidad y que a la vez desembocan en una profunda inquietud. Apagón informativo al que nos tienen sometidos y acostumbrados esta Dirección que dan lugar a decisiones cuyo alcance real y cuyas consecuencias finales son, como mínimo, dudosas.
Podemos marear la perdiz, mirar para otro lado, ser meros convidados de piedra y esperar que nos llegue la traca final en modo de mazazo; o afrontar la situación asumiendo la realidad, pelear e intentar conseguir definitivamente compromisos ciertos y tangibles que apuesten y que reviertan para que el centro tenga un futuro a largo plazo.
Insistimos que no tenemos que olvidar que trabajamos para una multinacional cruel que bajo el eufemismo de la competitividad no ha dudado nunca en destrozar el presente y el futuro de personas, de familias y comarcas.
Las Secciones Sindicales y los trabajadores tenemos que exigir prioritariamente a la Dirección la entrega de un Proyecto Industrial global y de futuro pormenorizado que nos garantice la viabilidad y que de estabilidad y tranquilidad a los trabajadores de Saint-Gobain Avilés.
De no ser así nos tendremos que organizar en Asamblea para planificar una estrategia común y tomar la iniciativa para plantear la necesaria respuesta a todo esto que se nos viene encima. Como siempre, el tiempo juega en nuestra contra.