En el departamento de parabrisas de la fábrica de Saint-Gobain de La Maruca, como viene sucediendo desde hace meses, sigue sobrando personal. Lo recordó el otro día la dirección del negocio a los representantes sindicales avilesinos y este recuerdo lo acompañó de la exposición de un plan de recolocaciones del personal excedente que dista mucho del expediente de despidos que había promovido la empresa a finales de esta primavera y que había provocado una huelga de veinte días que concluyó con la retirada de un ERE de extinción de contratos que, hasta entonces, había sido defendido como "irrenunciable".
En el documento que la compañía presentó a los negociadores del expediente de despidos este pasado junio se señaló un excedente de 40 personas en el departamento de parabrisas de Avilés. Los representantes sindicales –SOMA-FITAG-UGT, CC OO y CSI– se negaron a aceptar esos despidos. Salieron a la calle detrás de una pancarta en la que durante casi tres semanas se pudo leer: "Aquí no sobra nadie. En defensa del empleo en Saint-Gobain".
Esta protesta en la calle se acompañó de una propuesta de absorción del personal por parte de la propia fábrica; es decir, a juicio de los sindicatos no era preciso despedir a las 40 personas porque había vías no traumáticas –laboralmente hablando– para rebajar la producción de parabrisas (la industria del automóvil, de la que Saint-Gobain es auxiliar, no está en su mejor momento). Ese plan de bajas incentivadas no fue aceptado en un principio por Saint-Gobain: los números reclamaban adelgazar la nómina, explicó la compañía hasta que, con la presión de la huelga encima, decidió retirar el expediente. Y la búsqueda de la solución se suspendió... hasta estos pasados días.
La dirección de la compañía ha explicado a los representantes sindicales que el excedente de personal actual –cuatro meses después de la huelga– es de 2 personas de estructura y 24 obreros. Esta reducción de personal excedente (de 40 a 26) se explica por una campaña llevada a cabo por la dirección de tal modo que la empresa ha ofrecido prejubilaciones, bajas incentivadas, traslados (Avilés había absorbido personal procedente de su antigua fábrica de Renedo de Piélagos, en Cantabria, y ahora oferta plazas en la fábrica de tubos PAM –del grupo Saint-Gobain–). El plan de recolaciones sigue adelante de tal modo que la compañía considera que el problema que había en junio (40 personas de más) se ha reducido a la cuarta parte (tras los movimientos llevados a cabo por la compañía el personal que sobra es una decena).
Para los trabajadores "todo este proceso de reestructuración no sirve para nada" si no se adecuan las instalaciones "al nuevo modelo productivo al que nos lleva la multinacional". Por eso, insisten: "Exigimos que den un paso al frente y nos demuestren que todo esto es por algo y que la apuesta por el centro de Avilés es firme". Y prometen: "Nosotros pondremos todo de nuestro lado para que así sea, pero necesitamos certezas". Es decir, como en junio, los trabajadores siguen reclamando un plan de inversiones.
La situación del negocio del automóvil no tiene visos de solucionarse por el momento, por esta razón la compañía ha abierto un período de negociación de un cambio en del calendario laboral en parabrisas que se aplicará desde noviembre. El comité de empresa explicó a sus representados que la compañía "ha pedido tiempo" para poder valorar la propuesta de calendario que defiende la plantilla. Esta propuesta de calendario, en síntesis, se limita a "no trabajar los sábados y retrasar la entrada los lunes en el turno de la mañana unas horas para facilitar la prearrancada de las líneas".