La actitud de la empresa ha sido simplemente lamentable: obviarnos, no reconocernos, hacer como si no existiéramos y embestir cuando han podido. Nos negaron un local y todos los medios materiales mínimos para desarrollar la actividad sindical, nos negaron un lugar para realizar asambleas de afiliados, nos negaron asistir a las reuniones del Comité de Seguridad, nos vetaron cualquier información y documentación, tuvimos problemas en el acceso a fábrica, nos sancionaron, nos apartaron del puesto de trabajo, nos intentaron amedrantar. Es decir, no ha sido ningún camino de rosas. Lo podíamos intuir, pero no a tal extremo.
Trabajamos en una Empresa represora donde las haya, con personas con un perfil marcadamente hostigador donde nos pusieron en su punto de mira rápidamente. Y todo esto con complicidades de otros actores que se mimetizan con la empresa y del que ya no sabemos quién es quién.
Nos hemos negado a entrar a la provocación de estos colaboradores (necesarios) que han intentado crear un lodazal en este último periodo, con ataques públicos e insultos PERSONALES furibundos, nauseabundos y cobardes a compañeros de este sindicato que traspasaron cualquier límite (en su momento valoraremos oportunamente su tratamiento) y que han dejado tocadas las relaciones sindicales a futuro.
Como nos decía un viejo amigo, la empresa disparando a trabajadores y otros dedicándose encima a darles la munición y a ponerles la diana. Repugnante.
Esta es la realidad de lo acontecido que lejos de amedrentarnos nos impulsan en nuestro cometido, sabedores que el trabajo realizado en pos de las y los trabajador@s, no es del gusto de la dirección de la empresa y de otros, vistas las artimañas utilizadas.
Porque viendo las ganas de hundirnos, por diferentes lados, y la de esfuerzos que se emplean cada día en hacerlo, es la mejor carta de presentación que tenemos y el mejor revulsivo necesario para seguir.
Que nadie tenga dudas que desde la Corriente no vamos a ser ni los voceros, ni los mayordomos, ni los correveideles, ni los ventrílocuos de la empresa, porque aquí no estamos para hacer amigos, sino para defender a la clase trabajadora sin atajos.
Y por último, en el climax del desproposito, la empresa jugando a ser representantes de los trabajadores y creando su Grupúsculo para introducirlo en el Comité, con el fin de manejar, todavía más, todas sus estrategias contra los propios trabajadores/as. Tiempo tendremos de hacer reflexiones y valoraciones al respecto
Ahora solo depende de tí en que tengamos más, menos o ninguna relevancia.