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Carta de una Becaria Indignada. Saint-Gobain

Becaria, joven aunque sobradamente precaria. Esa soy yo.
Entré como becaria hace unos meses. Estaba muy ilusionada, pues iba a completar mi formación recibida en la Universidad con unas prácticas en una “empresa puntera líder en el sector”. 
Nada más entrar me presentaron al que iba a ser mi tutor… después de eso, solo le he visto en cinco ocasiones. Las labores que me encomendaron en un principio me las ha enseñó otro becario que lleva más tiempo que yo. Creo que eso conlleva mucho peligro porque muchos de los datos que manejo son muy delicados y si cometo algún error las consecuencias pueden ser muy graves. Si la formación nos la impartimos entre nosotros, y la transmitimos por tradición oral de generación de becarios en generación de becarios, mucha de la información puede perderse. 
Algunas de las tareas que me han encomendado no aportan ningún valor añadido a mi formación como futuro profesional, y para lo único que me sirve es para poder poner en mi curriculum que estuve trabajando en una multinacional
Pero lo que más me indigna es saber que estoy realizando el trabajo que deberían hacer los trabajadores en plantilla. Y según me informé, como becario no podemos estar al frente de un puesto de trabajo. Es decir, no podemos sustitiuir en su puesto al titular o cubrir una vacante. Siempre debemos estar acompañados del titular del mismo, para que nos dirija, supervise y nos enseñe. Aprender, practicar y no sustituir debe ser nuestro cometido. Todo lo demás es abuso e ilegalidad.
Miro a mi alrededor y el número de becarios es cada vez más alto. A mí me pagan una ridiculez de dinero por hacer el mismo trabajo que otro de la plantilla. Para la Empresa esto es un negocio redondo.
En Francia lo tienen más controlado y el número de becarios es mucho más reducido, con el objeto de garantizar una formación de calidad y realmente tutorada. Así, además, evitan prácticas ilícitas de explotación y no ponen en riesgo la seguridad de la empresa y de sus empleados. 
Todavía me quedan algunos meses y tengo claro que aquí no tengo futuro, aunque siempre nos están insinuando, a modo de caramelo envenenado, que nos pueden hacer un contrato largo y estable. Somos muchos, constantemente veo que salen unos y entran otros; y aquí no contratan después a casi nadie, por no decir a nadie. Quizás a algún enchufado como me comentaron.