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Trabajadores rana. Saint-Gobain

Si ponemos a una rana en una olla con agua hirviendo, inmediatamente intenta salir. Si ponemos a la rana en el agua a la temperatura ambiente y no la asustamos, se queda tranquila. Cuando la temperatura se eleva de 21 a 26 grados la rana no hace nada, incluso parece pasarlo bien. A medida que la temperatura aumenta la rana está cada vez más aturdida y finalmente no está en condiciones de salir de la olla. Aunque nada se lo impide, la rana se queda allí y hierve. ¿Por qué? Porque la rana en su aparato interno está preparada para detectar amenazas en relación con cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y graduales.
Los trabajadores tenemos que aprender a no acostumbrarnos a esperar que nos resuelvan los problemas, a no vivir en estado de letargo, debemos de salir del estado de atontamiento, sumisión y miedos injustificados, tenemos que revelarnos ante injusticias propias y ajenas y para ello debemos darnos un chapuzón de agua fría y salir de la olla para no perder la perspectiva de la realidad laboral que nos rodea y estar permanentemente alerta. Si no lo hacemos puede que cuando nos vengan mal dadas sea demasiado tarde para reaccionar.