Este verano ocurrió un suceso que no debería pasar desapercibido por lo transcendente y significativo.
La secuencia es la siguiente: la Empresa en Glass contrata a un compañero eventual que ya había estado trabajando con anterioridad en el centro, para suplir una baja a través de un contrato de interinidad. Se somete al preceptivo reconocimiento médico en el botiquín de fábrica. Tanto en la prueba con el espirómetro como en el electrocardiograma tuvieron problemas achacables a su funcionamiento al realizarle las pruebas de diagnóstico. Esta última prueba del electro se la realizan al compañero hasta tres veces, con caídas de ventosas y pivotes en todas ellas. Las personas que se la realizan le dicen detectar un “problema” y le remiten a que se haga la prueba en su ambulatorio. El compañero hace caso y se realiza la prueba en su centro público de salud que diagnostica el perfecto estado de salud, remitiendo el informe al servicio médico de la empresa.
Sorpresivamente, el médico de la empresa le comenta que al haber habido sospechas respecto a la prueba inicial realizada en el botiquín, tiene dudas sobre su estado de salud y le remite a asuntos sociales. En AASS le tienen preparada una carta de renuncia voluntaria del contrato ya realizado finiquitando su relación laboral. El compañero aturdido se limitó a firmar el documento y a reflexionar sobre lo sucedido.
Todo el proceso se explica por sí mismo y es una prueba más del “fantástico” comportamiento que esta empresa tiene para con sus trabajadores y que echa por tierra todos los paripés que nos intentan meter.
Y desgraciadamente otra vez más Saint-Gobain usando sus artimañas contra los más débiles. Es de una aberración y de un comportamiento miserable al hacerlo encima contra los trabajadores más desprotegidos.
Y por supuesto, viene a confirmar el peligro de la utilización de los reconocimientos médicos y el papel que juega el Médico de la Empresa como su auténtico brazo ejecutor en contra de los trabajadores. Que a nadie se le olvide. Estamos siendo testigos de la flagrante degradación de estos servicios que nos afectan directamente y que en vez de ser nuestros aliados se comportan como nuestros enemigos.
Insistimos que los reconocimientos médicos son voluntarios para el trabajador y sólamente en situaciones muy excepcionales, muy justificadas y cumpliendo una serie de requerimientos, podrían ser obligatorios.
Exigimos, una vez más, que Saint-Gobain se comporte como una empresa social, justa y transparente de verdad, no sobre el papel. Que trate a TODA su plantilla como personas que somos antes que como a trabajadores, en igualdad de condiciones. Que respeten nuestra dignidad y nuestros derechos y que no nos utilicen como objetos desechables de usar y tirar.