La Voz de Asturias 12/04/2024
El cese de la actividad de la división asturiana de
fabricación de parabrisas para coches de Saint-Gobain es un «mazazo» para la
plantilla. No obstante, representantes sindicales y extrabajadores consideran
que hace casi una década, con una serie de decisiones empresariales, empezó de
facto «la cuenta atrás para Avilés»
El lunes 8 de abril Saint-Gobain anunciaba su decisión de
cerrar la división Sekurit, dedicada a la fabricación de parabrisas para coches
y que actualmente da empleo a unos 160 trabajadores, los cuales serán objeto de
un expediente de regulación de empleo por cese de actividad que la empresa
pretende tener culminado antes de junio.
Se trata, según de algunos representantes sindicales,
trabajadores y extrabajadores de la compañía, de un auténtico «mazazo» que, sin
embargo, representa poco más o menos que la crónica de un cierre anunciado,
tras aproximadamente una década de decisiones empresariales por parte de la
multinacional que no apuntaban nada bueno.
Una empresa «muy vinculada a la comarca»
Jesús Moro, integrante del comité de empresa de Saint Gobain
Avilés, no se ha visto directamente afectado por la noticia, ya que se emplea
en la división de construcción, pero no puede evitar reconocer que la situación
es «amarga» y un «mazazo» para todos los profesionales de la compañía.
Indica que Sekurit es «una empresa muy vinculada a la
comarca», lo que hace que la conmoción se sienta más cercana. La sensación de
impotencia es mayor cuando «no dejas de ver que la empresa no está haciendo
inversiones». En este sentido, este profesional apunta que la enseña «gestiona
y lleva las producciones según le interese de una fábrica a otra, lo que
podemos llamar deslocalizaciones».
Explica que, desde el comité de fábrica, se lleva diciendo
tiempo que «esta gestión de pedidos» y de llevar las producciones hacia otros
centros, unido a la falta de una apuesta firme por Avilés, es lo que ha llevado
«a tomar la decisión de cierre».
La multinacional francesa del vidrio Saint-Gobain ha
anunciado este lunes su decisión de cerrar la división Sekurit, dedicada a la
fabricación de parabrisas para coches, de su factoría de Avilés
Este integrante del comité de empresa de Saint-Gobain
explica que «la gente de momento está tranquila, asumiendo la noticia». Resalta
que en Sekurit hay una media de edad de plantilla de 48 años y «una antigüedad
de 18». En este sentido, comenta que «hay muchas personas vinculadas a esta
empresa, no son solamente los 160 trabajadores indefinidos de Sekurit, ya que
tenemos más de 100 empleados en diferentes subcontratas». «El golpe es
importante», sentencia.
Considera que «hay varias circunstancias» que han llevado a
esta coyuntura. Por un lado está la situación que se atraviesa en el sector del
automóvil, «que no es la más adecuada a nivel de ventas». Asimismo, influyen
los tipos de pedidos que se gestionan desde España, «que suele ser modelos de
coches que se fabrican de poco valor añadido».
No obstante, Jesús Moro no duda en afirmar que «la plantilla
siempre ha sido de las que mejores ratios de producción ha tenido».
2014: empieza «la cuenta atrás para Avilés»
Explica que «las cosas cambiaron a partir de la crisis del
2008, cuando la burbuja inmobiliaria lo salpicó todo». La empresa tenía hasta
ese momento tres líneas de fabricación «e incluso había años en que te pedían
trabajar en Semana Santa; en vacaciones, en vez de hacer una parada de 25 días
naturales, hubo algún año en que hicimos modificaciones de calendario y
organizativas para poder trabajar».
Lombardía apunta que, en aquellos momentos, los riesgos para
la división «eran la competencia, no eran internos». Para este antiguo
trabajador de Sekurit el problema surge en 2014, año en el que se instaló
Saint-Gobain Sekurit en Marruecos. Resalta que «la excusa era que se tenía que
suministrar desde allí mismo a la marca blanca de Renault, Dacia».
Rememora que en Avilés incluso se iba a instalar una cuarta
línea, para la que «había hasta planos», y no se llevó a efecto. En 2015, tras
la apertura de Saint-Gobain Sekurit en Marruecos, no solo se abandonaron los
planes de inaugurar esa cuarta línea, sino que se clausuró la tercera.
En este sentido, puntualiza que «otros proveedores
suministran a las plantas de montaje o de ensamblaje de Opel, Renault,
Mercedes... y lo traen desde otros puntos del mundo». Pese a que no puede
afirmarlo con rotundidad, el exsecretario general de la sección sindical de
CCOO en la empresa considera que, en ese momento, empezó «la cuenta atrás para
Avilés».
«A Sekurit Avilés se le ha maniatado»
José María Lombardía indica que, hacia el 2016, el comité de
empresa de la división se percata de que se está fabricando «un porcentaje muy
inferior al número de coches que se producen en España», cuando antes la cuota
de mercado nacional se situaba «en torno al 85%».
«Te das cuenta entonces de que habían bajado muchísimo los
niveles y se detecta que están deslocalizando la fabricación del producto»,
apunta. Explica que «hubo movilizaciones en el 2016 ó 2017 denunciando esta
situación, donde por cierto el consejero de Industria ni recibió al Comité».
Para ilustrar cómo está la situación actualmente explica que
«en Sekurit L'Arboç, que es donde hacen las lunetas y los laterales, mientras
que aquí se está planteando el cierre, allí ya trabajaron en Semana Santa y
planean hacerlo también en agosto». En esta línea, mientras que en la planta
tarraconense «hubo inversiones potentes», en Avilés «las inversiones eran
menores, no veías que con ellas se apostara por el centro claramente».
«Yo creo que incluso hubo una descapitalización humana, en
el sentido de que a las personas o ingenieros que ellos consideraban más
capaces, los fueron sacando de Avilés», resalta. Y es que, desde su punto de
vista, desde la dirección de la compañía han promocionado «a niveles de mucha
responsabilidad a personas muy jóvenes», sin apenas experiencia y que, en
algunos casos, «no sabían de los procesos industriales de fabricación».
José María Lombardía lamenta que «vivimos en unos tiempos en
los que se habla de la huella de carbono y aquí, donde hay algo que se puede
fabricar dentro de la península, siendo como somos la quinta potencia mundial
en el sector del automóvil, el producto se trae desde Marruecos».
Explica que, en uno de los últimos comités europeos de la
multinacional, el mensaje de la dirección sobre Sekurit fue que «los centros
que no diesen dos dígitos de beneficio tendrían que abandonar el negocio».
Considera que, en esa carrera, «a Avilés se le ha maniatado», ya que, desde su
punto de vista, «cualificación de los empleados, conocimiento del proceso y
compromiso lo hay», pero «si te atan de pies y manos, difícilmente puedes dar
zancadas».