La Nueva España 16/04/2024
El Viceconsejero de Industria rechaza por "básico" el argumento empresarial de que "el coste de la mano de obra" sea desmedido
Isaac Pola, el Viceconsejero de Industria, se puso ayer deberes para salvar la crisis abierta en Saint-Gobain el pasado día 8, cuando la dirección del negocio de parabrisas anunció su intención de cerrar su centro de trabajo de Avilés aduciendo cifras negativas en los balances contables como consecuencia de los excesivos gastos de producción. A este respecto, Pola, antes de recibir a las delegaciones de las federaciones químicas de CC OO y del SOMA-FITAG-UGT, con las que se había citado ayer a mediodía, declaró: "Nuestro objetivo final es que la sede de Avilés de la multinacional tenga un plan industrial y de futuro, que permita el mantenimiento del empleo y su fortalecimiento en la medida de lo posible, que permita el desarrollo de aquellas inversiones que permitan consolidar y potenciar algunas otras actividades que también tienen en la sede de Avilés que, a lo que se ve, van funcionando bastante bien en el mercado".
La compañía no es de la misma opinión. La dirección del negocio de parabrisas considera que seguir fabricándolos en Asturias eleva su cifra de gasto. "El argumento de que en otros países el coste de la mano de obra es inferior, sería quedarnos en una cuestión muy básica", replicó Isaac Pola. "Evidentemente, Europa, que ha retomado esa vocación industrial, tiene que acudir a otras vías de competitividad", apuntó. Saint-Gobain abrió un centro de fabricación enorme en la localidad de Kénitra, cerca de Rabat, la capital de Marruecos. La razón principal de esta decisión fue la cercanía a los centros de producción de vehículos –con lo que ello supone en ahorro de transportes– y, además, el ahorro de los sueldos: los trabajadores en Marruecos ganan bastante menos que los de Avilés. Damián Manzano, el secretario de la Federación de Industria de CC OO, señaló que la política industrial de la compañía ha sido desarmar su planta de Avilés a cambio de dar volumen a la de Kénitra. "A falta de iniciarse el periodo de consultas, la empresa no ofrece alternativa alguna a la destrucción de empleo", se lamentó el líder sindical.
O sea, el Principado echa en falta un plan industrial, que es un deseo muchas veces ambicionado por los trabajadores. El ejemplo patente de este deseo está en la reclamación de una "inversión real" en el horno "float" de Avilés. El horno actual data de finales de 2008 porque en marzo de aquel año hubo un gran incendio que destruyó el anterior. Desde entonces se ha ido reparando con mayor o menor profundidad. A la vez que Saint-Gobain anunció su intención de echar a la calle a 160 personas, desveló que prevé invertir cinco millones en reparar el horno en octubre. Los trabajadores consideran que estos millones "servirán para tapar agujeros". José Luis Alperi, el secretario general del SOMA-FITAG-UGT, señaló a este respecto que si no se acometen inversiones en el horno de vidrio "en dos o tres años, lo que ahora está ocurriendo con Sekurit va a ocurrir con Glass".
Alperi aseguró que se escudriñarán "todas las posibilidades que hay encima de la mesa" con el objetivo de que "no haya salidas traumáticas" de trabajadores.
Concentración
Mientras las federaciones de CC OO y UGT se reunían con el Viceconsejero de Industria –los representantes de la CSI tuvieron el paso vedado al encuentro con el político porque la reunión "no fue a nivel de comité"–, los primeros trabajadores de la fábrica salieron a la puerta a concentrarse y a recibir el aplauso –por medio de bocinazos– de algunos camioneros. Esta primera concentración se hizo sin el amparo de pancarta alguna –de la valla del apeadero de Cristalería cuelga una de la CSI–.
La diputada Covadonga Tomé, del grupo Mixto, mantuvo un encuentro con parte de los trabajadores reunidos en la puerta. Habló con la prensa y prometió llevar el conflicto abierto al Parlamento asturiano en forma de pregunta: será en el plenario del próximo día 30 de este mes.