Este jueves, día 5, celebramos un pleno extraordinario de Seguridad y Salud para tratar la seguridad de las obras que se están realizando tras el accidente del horno float. Este pleno, que tristemente llega una semana después, tuvo que ser solicitado por los Delegados de Prevención a instancias de CSI. La excepción fue Comisiones Obreras, que no solo no se unió a la petición, sino que lamentablemente se desmarcó de ella.
Se reclamó por la parte social su derecho a ser consultados sobre las obras que se están ejecutando, quien las hace y cuando. Sin embargo, la dirección se mostró esquiva y parca en explicaciones, sin disposición alguna a colaborar. En todo momento quitó importancia al suceso y argumentaba que la situación que se estaba dando era rutinaria. Minimizan un accidente en el que los Servicios de Emergencias movilizaron seis autobombas y vehículos de apoyo logístico. Llaman rutinarias a las operaciones, pero no son capaces de convocar a la representación social para explicar lo que están haciendo, con que medios, y en el supuesto de un imprevisto, que plan específico tienen. Tampoco son capaces de informar cuando se hacen las operaciones e invitarla expresamente a supervisarlas.
Parece ser que no quieren testigos por esta parte, no sabemos si por la improvisación con la que están actuando o por que la gravedad de la situación es mucho mayor de la que transmiten. Lo cierto que su actitud solo deja lugar a la especulación y la inquietud. Nosotros seguiremos insistiendo y obteniendo toda la información que podamos, pese a los impedimentos de la empresa. Queda claro que estamos ante algo más que un simple incidente y los responsables no son los trabajadores, sino aquellos que ocultan la información.
Esta empresa presume de respetar la legislación y los derechos de los y las trabajadoras, pero solo como ejercicio propagandístico. Lo cierto es que no respeta ni uno ni otro. Si no fuera por la profesionalidad de la plantilla y por la suerte, podríamos estar ante un escenario bien distinto. No se puede dejar la prevención a la fortuna, ni a los profesionales jugarse su integridad por una mala gestión preventiva. Su política parece ser la del bote de pintura y la imagen, imponer EPIs innecesarios, que hacen el trabajo más penoso y sancionar a trabajadores que cuestionan las órdenes por ser contrarias a la seguridad.
Se reclamó por la parte social su derecho a ser consultados sobre las obras que se están ejecutando, quien las hace y cuando. Sin embargo, la dirección se mostró esquiva y parca en explicaciones, sin disposición alguna a colaborar. En todo momento quitó importancia al suceso y argumentaba que la situación que se estaba dando era rutinaria. Minimizan un accidente en el que los Servicios de Emergencias movilizaron seis autobombas y vehículos de apoyo logístico. Llaman rutinarias a las operaciones, pero no son capaces de convocar a la representación social para explicar lo que están haciendo, con que medios, y en el supuesto de un imprevisto, que plan específico tienen. Tampoco son capaces de informar cuando se hacen las operaciones e invitarla expresamente a supervisarlas.
Parece ser que no quieren testigos por esta parte, no sabemos si por la improvisación con la que están actuando o por que la gravedad de la situación es mucho mayor de la que transmiten. Lo cierto que su actitud solo deja lugar a la especulación y la inquietud. Nosotros seguiremos insistiendo y obteniendo toda la información que podamos, pese a los impedimentos de la empresa. Queda claro que estamos ante algo más que un simple incidente y los responsables no son los trabajadores, sino aquellos que ocultan la información.
Esta empresa presume de respetar la legislación y los derechos de los y las trabajadoras, pero solo como ejercicio propagandístico. Lo cierto es que no respeta ni uno ni otro. Si no fuera por la profesionalidad de la plantilla y por la suerte, podríamos estar ante un escenario bien distinto. No se puede dejar la prevención a la fortuna, ni a los profesionales jugarse su integridad por una mala gestión preventiva. Su política parece ser la del bote de pintura y la imagen, imponer EPIs innecesarios, que hacen el trabajo más penoso y sancionar a trabajadores que cuestionan las órdenes por ser contrarias a la seguridad.