El Comercio 21/05/2024
El seguimiento del cien por cien en la primera jornada de huelga total logró parar la actividad de la fábrica
Sin paños calientes. El comité de empresa de Saint-Gobain reconoció ayer que la jornada no había sido buena y que ninguno de los frentes de negociación abiertos en Avilés y en los despachos en Madrid había dado los resultados esperados. «Complicado», exactamente fue así como definió un día cuyo único éxito estribó en el seguimiento del cien por cien de la plantilla en la primera jornada de huelga total convocada en la factoría de La Maruca. Y es un éxito según se interprete porque la empresa ni siquiera se molestó en rebajar la cifra de seguimiento, en una muestra de que no le preocupa que los representantes sindicales se puedan apuntar ese tanto porque lo que de verdad importa se disputa en otros escenarios.
Uno en Madrid. El ministro de Industria Jordi Hereu había comprometido la semana pasada, tras reunirse con el presidente del Principado, Adrián Barbón, y la alcaldesa, Mariví Monteserín, un contacto «al más alto nivel» en España y también con el CEO francés «para conocer su compromiso con nuestro país, su estrategia y planes de futuro» dado que «el objetivo del Gobierno es garantizar el mínimo impacto social para la plantilla».
Al cierre de esta edición sólo había trascendido que al parecer ayer la subsecretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, mantuvo un encuentro «informal» con un representante de la multinacional francesa, pero debido a esa 'informalidad' no se facilitó ninguna información más.
En Avilés, la larga reunión mantenida entre el comité de empresa y la dirección dejó claro que la multinacional mantiene la hoja de ruta expuesta desde el principio y ni contempla mantener la actividad en Sekurit «en ninguna de las alternativas» expuesta por la parte social ni en principio tampoco se aviene a negociar mejoras en el plan social expuesto en las primeras reuniones de la mesa de negociación. Y aquí es donde el comité de empresa parece que deberá centrar su esfuerzos.
«Insuficiente»
Los sindicatos consideran este plan «insuficiente» y quieren ceñirlo a salidas voluntarias, algo que parece difícil dada la edad media de la plantilla de Sekurit. «Insistimos en la necesidad de buscar huecos de recolocación, con salidas voluntarias para los mayores de 55 años en el centro, de manera voluntaria en Glass, mejora de condiciones para salidas voluntarias fuera de la comunidad autónoma, modificación de calendarios para generar vacantes, etc», expusieron.
Dado el histórico de negociaciones en Saint-Gobain cabe esperar que se puede acordar alguna mejora más respecto a la propuesta planteada por la empresa, pero sin llegar a estos máximos planteados por el comité. La negociación no obstante continuará todos estos días y hoy, mañana y pasado lo hará en doble jornada.
Lo apretado del calendario, dado que la fecha del fin de actividad fijada por Saint-Gobain para la línea de Sekurit es el jueves día 23, ha obligado a los representantes sindicales a convocar asambleas a las ocho de la mañana en la entrada de la fábrica. Se seguirán manteniendo las concentraciones a la entrada de la factoría que también funcionan como piquetes disuasorios en la segunda jornada de huelga total. Ayer los trabajadores formaron una barrera desde primera hora y no se pudo entrar a ninguno de los turnos, aunque lo cierto es que pocos tenían la intención de hacerlo porque toda la plantilla sabe que hoy es Sekurit, pero nada garantiza que más adelante pueda ser Glass.
Últimos días de negociación sobre la fecha límite
Desde hace semanas se sabe que la fecha marcada en el calendario por la dirección de Saint-Gobain para dejar sin actividad la línea de Sekurit es el jueves 23 de mayo. Las reuniones hasta ahora han tratado de ignorar esa fecha, en un pulso por intentar doblegar una decisión de la multinacional que desde el primer minuto se tuvo consciencia de que iba en serio y de que, al contrario que en 2020, no habría posibilidad de marcha atrás. Se reconocía en voz baja y se podía leer entrelíneas en las declaraciones de los representantes políticos con peso y atribuciones. Ahora ya no hay más tiempo para valorar el plan de viabilidad en el que han estado trabajando los sindicatos y la lucha va en una doble vía: por un lado, tratar de lograr un cierre lo menos traumático posible, y, por otro, en garantizar la viabilidad a futuro de la línea de Glass. Las reuniones en doble jornada que desde hoy hasta el jueves están programadas intentarán conseguir lo primero mientras lo segundo se libra en la negociación política.