El Comercio 16/05/2024
Adrián Barbón expresa su «sorpresa y disgusto» con Yolanda Díaz después de que ésta le reprochase no haberse reunido en la jornada de ayer
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, trasladó ayer el «respaldo del gobierno de España» a los trabajadores de Sekurit en una visita relámpago a Asturias en la que tuvo tiempo para reunirse con el comité de empresa, arengar a los trabajadores y protagonizar una polémica con el presidente del Principado, Adrián Barbón.
Todo ello reconociendo que «carece de competencias» para intervenir en el proceso, si bien expresó su confianza en el trabajo de los técnicos de la Inspección de Trabajo que deben autorizar el despido colectivo, además de poner a disposición del Principado los recursos del Ministerio de Trabajo. Además, Yolanda Díaz avanzó que su departamento había comenzado a revisar las bonificaciones y ayudas concedidas a Saint-Gobain para comprobar si se podría exigir su devolución a la empresa. No apuntó la cantidad de dinero que se podría reclamar.
También desveló que trasladará la situación de la fábrica al ministro de Industria, Jordi Hereu, con el objetivo de lograr frenar el cierre de la división que califica como «deslocalización». Además defendió el proyecto de Ley contra las deslocalizaciones para evitar «la competencia injusta entre trabajadores».
Polémica con Adrián Barbón
Además, Yolanda Díaz alimentó una polémica con el presidente del Principado, Adrián Barbón, después de no haber podido reunirse. «Lamentablemente, tiene otras prioridades», afirmó en un comunicado de prensa donde también expresó su pesar por la «escasa implicación del presidente del gobierno de Asturias», solicitando su máximo compromiso para resolver el problema de Sekurit. Las declaraciones de Yolanda Díaz irritaron al presidente autonómico, más aún cuando a lo largo del pasado martes, en la víspera de la visita de Díaz a la región, su gabinete ofreció varias posibilidades para reunirse con la ministra.
El mayor obstáculo, anunciado por el propio Barbón y que Ovidio Zapico, líder de IU en Asturias, también transmitió al gabinete de Yolanda Díaz, era la obligación de acudir a la Junta General del Principado donde, además del control del gobierno, se aprobaban leyes y el margen con la oposición de centro derecha es mínimo, de un sólo voto. «No podía faltar» recordó Barbón. En esta situación, se ofreció al equipo de Yolanda Díaz celebrar el encuentro a primera hora o esperar a que terminase la sesión de la Junta. Desde Madrid se rechazó tal posibilidad porque ya tenían «los billetes para los aviones».
Así, poco después de las doce del mediodía Yolanda Díaz abandonaba la concentración de trabajadores para regresar en el vuelo de las 13.20 horas, si bien la ministra había declarado en su arenga que había «cancelado toda la agenda del miércoles para estar con los trabajadores de Saint-Gobain».
Las declaraciones de la Díaz «sorprendía y disgustaban» a Adrián Barbón según confesaba el presidente asturiano al terminar la sesión en la Junta General del Principado. Barbón aseguró que Yolanda Díaz «no tiene ni idea de todo lo que venimos trabajando» y reprochó faltar a la necesaria «lealtad institucional».
El presidento opinó que antes de pronunciarse de esa manera debería «preguntar a un gobierno de unidad progresista-reformista», reprochándolea la ministra «desconocer el funcionamiento del Principado» en alusión a la sesión de control.
El presidente asturiano también planteó que «mucha gente se puede preguntar a qué vino Yolanda Díaz. ¿A hacerse una foto con los trabajadores?», además de insinuar que el acto matinal pudo deberse «a los últimos resultados electorales o la proximidad de las elecciones europeas».
La presencia de Yolanda Díaz también motivó la reacción del Partido Popular, cuyo presidente regional, Álvaro Queipo, la calificó de «vergüenza y poca respetuosa» en su comparencia con Miguel Tellado, portavoz del grupo parlamentario del PP en el Congreso de los Diputados. Queipo calificó la estancia de de la ministra Díaz como «visita promocional», reprochandole a su vez que reconociese «que no tiene competencias y que no tiene soluciones».
Queipo también recriminó al ejecutivo asturiano que no «estuviese en los problemas reales de Asturias» y que no se hubiese preocupado por la evolución real de Saint-Gobain. Por su parte, Miguel Tellado afeó a la vicepresidenta Díaz que «llegó a Asturias y se fue exactamente igual que como vino. Llegó con las manos vacías y se fue exactamente haciendo lo mismo».
En este sentido para Miguel Tellado, la estancia de la ministra evidencia que «el Gobierno de España no tiene pensado hacer absolutamente nada por los 160 trabajadores». Tellado lamentó asimismo que «ni el gobierno central ni el asturiano» tomen medidas para asegurar la continuidad de la actividad de Sekurit en La Maruca.
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