Páginas

Cristalería cumple 70 años en la encrucijada

 La Nueva España 23/10/2022

La fábrica de vidrio de Avilés, inaugurada tal día como hoy de 1952, encara su futuro atenazada por la caída de los pedidos de parabrisas y pendiente de la reconstrucción de su horno
 
El lunes día 13 de octubre de 1952, hace hoy 70 años, tuvieron lugar en Avilés los fastos inaugurales de la entonces nueva factoría vidriera de La Maruca. La empresa Cristalería Española había abandonado sus instalaciones fabriles de Arija, al norte de la provincia de Burgos, para instalarse en Avilés, lugar elegido como "muy apropiado" por conjugar elementos prioritarios para la industria del vidrio: tener puerto de mar y una red conveniente de ferrocarril y carreteras, cercanas minas de carbón, satisfactorio suministro de energía eléctrica y facilidad para el acceso a una materia prima fundamental: la sílice.

Siete décadas más tarde y tras haber llevado a cabo tres cambios sustanciales de la línea principal de fabricación en aras de la modernidad tecnológica se podría decir que la fábrica de La Maruca sigue siendo fiel a la idea original: produce vidrio plano de calidad. No obstante, los vidrios actuales tienen características tan complejas que hubieran sido impensables a mediados del siglo XX y la creciente exigencia de mejorar la competitividad y la productividad empaña el futuro de una factoría que en su momento supuso un hito tecnológico y fue punta de lanza de la industrialización de la comarca avilesina.

La vidriera de La Maruca, en la actualidad gestionada por la multinacional francesa Saint-Gobain, ha superado en el curso de su historia momentos tan críticos como el incendio que en 2011 destruyó su horno principal (el corazón de la factoría desde el que se alimenta de vidrio fundido a las líneas acabadoras), conflictos colectivos y crisis como la energética de los años setenta del pasado siglo. En la actualidad, una de sus "patas", la línea de parabrisas para automóviles, se debate entre dudas por la falta de claridad de la compañía sobre el mix de productos que ha de fabricar y la caída de pedidos de la industria automovilística, a su vez afectada por el enfriamiento del mercado.

En términos generales, el futuro de la fábrica se hallará entre interrogantes mientras la dirección mundial de Saint-Gobain no concrete sus planes para la misma, una incógnita que ha de despejarse antes de tres años como máximo, que es el tiempo aproximado de vida útil que le queda al horno que alimenta todo el entramado vidriero. Lo propio sería planificar su reconstrucción cuando el actual llegue al fin de su vida útil, pero ese anuncio no acaba de realizarse, por más que las organizaciones sindicales presionan al respecto.

Así que Cristalería Española, Saint-Gobain por su actual nombre, cumple 70 años en Avilés entre luces y sombras, con un regusto amargo muy diferente al dulzor que desprendió la inauguración oficial en 1952, todo un acontecimiento político y social en aquel tiempo. Era la primera empresa "importante" que se ubicaba en el municipio, cuando acababa además de anunciarse el gran desarrollo siderúrgico que se preveía en la ría.

En el mes de abril de 1948 había habido un aperitivo: la inauguración oficial de las obras de construcción en La Maruca de la nueva vidriera, enseguida conocida popularmente en Avilés como "la cristalera". Previo a las obras de construcción de la nueva factoría, fue preciso realizar un importante movimiento de arenas como preparación previa del terreno a edificar. Cuatro años después, también en abril, se dieron por finalizadas las obras y comenzaron las pruebas de producción de vidrio. Prácticamente casi todo el personal de la desaparecida fábrica de Arija fue trasladado a Avilés, donde pasó a residir con sus familias.

Un tren especial trajo de Madrid al cortejo inaugural, encabezado por el subsecretario de Industria, Alejandro Suárez Fernández Pello; el embajador de Francia. Jacques Meyrier; el subsecretario de Comercio, Antonio de Torres; y el presidente de Cristalería Española, el conde Elphege Fremy. En el andén recibieron a la comitiva el director de la factoría avilesina, Felipe Defauconpret, acompañado por el Gobernador Civil de Asturias, Francisco Labadie Otermín; el obispo de la diócesis, Francisco Javier Lauzurica; el alcalde de Avilés, Román Suárez Puerta, y otras autoridades provinciales y locales, además de decenas de representantes de la industria y el comercio de Asturias. Como colofón, se montó un banquete para 230 comensales en la nave central de los almacenes Balsera que fue servido por el restaurante "Jockey Club" de Madrid. Con ese buen sabor de boca echó a andar una historia que hoy cumple 70 años.