EL COMERCIO 02/07/2022
La dirección de Glass se incorporó el pasado jueves a las negociaciones del expediente de regulación de empleo (ERE) planteada por Saint-Gobain Sekurit para tratar de facilitar el acuerdo que permita cerrar el conflicto. Aunque el ajuste de personal se ciñe al sector del automóvil, la huelga afecta a toda la fábrica y, por consiguiente, la situación ya está dañando las cuentas de Glass, que no puede atender la demanda de los clientes.
La presencia de Glass abre la puerta a posibles recolocaciones, si bien desde esta división se avanza que su plantilla se encuentra completa.
No obstante, a nadie se le escapa que, de producirse un acuerdo, los trabajadores mayores de sesenta años en Glass podrían beneficiarse de las prejubilaciones y, de esta manera, se generarían plazas en Saint-Gobain que redujesen el número final de despidos.
Sin gesto sindical
Sin embargo, la petición de la dirección cayó en saco roto, ya que los sindicatos consideran que la condición imprescindible para plantear una suspensión de la huelga es la retirada del ERE y abordar la negociación de un plan industrial.
En una entrevista exclusiva a LA VOZ, el director general de Sekurit España, José Antonio Piqueras, consideró imprescindible «reajustar el tamaño» de la división para lograr ser competitivos en el sector de «recambios de alto valor añadido» y, de esa manera, poder competir por nuevos modelos de parabrisas.