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Perres o Futuro en Saint-Gobain

El pasado martes 2 de junio comenzó la negociación de un nuevo ERTE, por causas
organizativas y de producción, que afectaría solo a la planta de SEKURIT Avilés.

El planteamiento de este nuevo ERTE significaría hasta 75 días de reducción de la actividad del taller.
Las causas alegadas por la empresa se basaban, por una parte en la situación coyuntural derivada de la pandemia COVID-19, pero a la vez, en su memoria también se apuntaba claramente a causas estructurales (cierre de la planta de Nissan, parón productivo del resto de fabricantes, que según sus previsiones, no recuperarían actividad durante 2021 y muy probablemente ni siquiera hasta 2030 y que la planta avilesina se encuentra produciendo modelos que están al final de su vida util sin que se prevea fabricar nuevos modelos).

Ante está situación, la previsible parada de la fábrica de más de la mitad de jornadas hasta final de año sumado al tiempo de inactividad que lleva soportando, se solicitaron mas datos, balances económicos y productivos de la sociedad, del grupo y de la interrelación entre ambos. También se solicitó explicaciones sobre la notable diferencia entre ventas y fabricaciones asignados, que llega a un 40% a favor de la primera, ascomo el ahorro que supone esta medida. Y lo más importante, que un ERTE de estas características tenia que venir acompañado de un PLAN DE VIABILIDAD, que al menos responda a las cuestiones estructurales planteadas por la parte empresarial. Desde la parte social se propusieron adoptar medidas que evitaran eERTE en lo inmediato y que dieran tiempo a la empresa a aportar un plan de futuro.

En todo momento la dirección se negó a aportar la información requerida mientras insistía en la necesidad de realizar un ERTE sin aportar justificación alguna, pedía un acto de fé por parte de la Representación Social. El único dato aportado fue el ahorro salarial que suponía la medida, tasado en algo menos de medio millón de euros hasta diciembre, suponiendo que el complemento fuera de un 60% del salario base bruto. Por supuesto, este ahorro, ridículo para una multinacional como Saint Gobain, se reduciría en tanto que se aumentara dicho complemento.

Finalmente, a ultima hora, la parte social excepto CSI, firmó un preacuerdo donde se mejoraba la parte económica, se seguían incluyendo las medidas de flexibilidad mientras no se respondía al resto de cuestiones planteadas. Un principio de acuerdo que permite a la compañía tener el taller parado durante la mitad de jor nadas de aquí a fin de año, con el evidente riesgo productivo que supone, y con una plantilla a merced de la empresa. Un preacuerdo que, lejos de alcanzar compromisos de futuro, está plagado de “buenas intenciones” sin ningún compromiso.

Más allá de la cuestión monetaria, estamos hablando del futuro de la planta de SEKURIT Avilés. No lo decimos nosotros, lo dice la propia empresa. No podemos permitirnos tener la planta parada, mientras se factura producción de origen desconocido y no se despejan las dudas sobre el futuro. Más aún cuando el inte rés por el acuerdo era notable por la parte empresarial pese al escaso ahorro económico que supone la medida y, que según su asesoría jurídica, es viable hacerla de manera unilateral.

La firma de este acuerdo supone la ratificación de las causas alegadas por la empresa, causas que
pueden ser usadas en un futuro para seguir con este tipo de medidas o, incluso, para proponer otras más lesivas. Esté ERTE nos lleva a una notable bajada de actividad durante 7 meses, pero en enero del año que vienesegún los datos de la empresa, las causas estructurales alegadas seguirán vigentes.
Para que el acuerdo tenga validez, existe el compromiso de ser ratificado por la Asamblea de Traba jadores, por lo que la plantilla tiene la última palabra para que esto se lleve a cabo o no.

En  manos de las trabajadoras y trabajadores está validar la argumentación empresarial o
bien apostar decididamente por el futuro de SEKURIT Avilés.